Varios centenares de sacerdotes pertenecientes a la Diócesis de Córdoba se darán cita mañana en Montilla para celebrar la festividad de San Juan de Ávila ante la urna que contiene los restos del patrón del clero secular español y Doctor de la Iglesia Universal desde el pasado mes de octubre.
Como todos los años, el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, aprovechará la celebración de la solemne eucaristía en Basílica Menor Pontificia para reconocer a los sacerdotes de la provincia que han cumplido sus bodas de oro o de plata en el último año, así como a los ministros de la Diócesis fallecidos en los últimos doce meses.
"Este año se celebra el 10 de mayo con rango de fiesta por primera vez el día de San Juan de Ávila en nuestra Diócesis de Córdoba, la Diócesis de San Juan de Ávila", ha declarado el obispo en una carta pastoral, para explicar que "con motivo de su doctorado, la Santa Sede ha concedido que en la Basílica Pontificia su día se celebre con rango de solemnidad, y en toda la Diócesis con rango de fiesta".
Para el obispo de Córdoba, la importancia de Montilla en la vida del asceta nacido en Almodóvar del Campo hacia el año 1500 es fundamental, pues pasó en el municipio los últimos 17 años de su vida, desde donde escribió sus principales escritos y recibió la visita de grandes personajes de la época que buscaban su consejo, hasta su muerte el 10 de mayo de 1569.
"La Diócesis de Córdoba se siente urgida en dar a conocer al mundo entero a este cura diocesano de Córdoba (clericus cordubensis), que está vinculado por su nacimiento o por su ministerio con las diócesis del entorno", añadió Demetrio Fernández.
"Fue el 10 de mayo de 1569, al comenzar el día, cuando el alma del santo maestro voló al cielo, dejando en la tierra sus despojos mortales hasta el día de la resurrección final. Despojos que guardamos con veneración como preciosas reliquias en el sepulcro de la Basílica de San Juan de Ávila en Montilla, donde celebramos especialmente su fiesta, su dies natalis, el día en que nació para el cielo. Todavía conservamos su casa, su habitación, su lecho de muerte", indicó el obispo en la carta semanal que dirige a los feligreses.
Para Demetrio Fernández, "la figura de San Juan de Ávila se nos agranda cuanto más le tratamos. Un hombre polifacético, que ha vivido centrado en Dios y haciendo el bien a los demás, sobre todo por medio de su ministerio pastoral de predicar, aconsejar, dirigir a las almas por el camino de la perfección cristiana. Un santo con una personalidad muy atractiva, en su juventud inquieta, en su radicalidad para seguir a Jesucristo perdiéndolo todo por Él".
Concluye la novena
La solemne festividad de San Juan de Ávila pone fin a la novena que se ha venido celebrando en Montilla desde el pasado 1 de mayo y que ha contado con predicadores de la talla de Juan Moreno, prelado de honor de Su Santidad y expresidente de CajaSur; Joaquín Martín, vicario episcopal para la Vida Consagrada de la Archidiócesis de Madrid; o Guillermo Rodríguez-Izquierdo, provincial de la Bética de la Compañía de Jesús.
La semana pasada, el templo de la calle Corredera recibió también la visita del cardenal Antonio María Rouco Varela, arzobispo de la Archidiócesis de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española.
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"Este año se celebra el 10 de mayo con rango de fiesta por primera vez el día de San Juan de Ávila en nuestra Diócesis de Córdoba, la Diócesis de San Juan de Ávila", ha declarado el obispo en una carta pastoral, para explicar que "con motivo de su doctorado, la Santa Sede ha concedido que en la Basílica Pontificia su día se celebre con rango de solemnidad, y en toda la Diócesis con rango de fiesta".
Para el obispo de Córdoba, la importancia de Montilla en la vida del asceta nacido en Almodóvar del Campo hacia el año 1500 es fundamental, pues pasó en el municipio los últimos 17 años de su vida, desde donde escribió sus principales escritos y recibió la visita de grandes personajes de la época que buscaban su consejo, hasta su muerte el 10 de mayo de 1569.
"La Diócesis de Córdoba se siente urgida en dar a conocer al mundo entero a este cura diocesano de Córdoba (clericus cordubensis), que está vinculado por su nacimiento o por su ministerio con las diócesis del entorno", añadió Demetrio Fernández.
"Fue el 10 de mayo de 1569, al comenzar el día, cuando el alma del santo maestro voló al cielo, dejando en la tierra sus despojos mortales hasta el día de la resurrección final. Despojos que guardamos con veneración como preciosas reliquias en el sepulcro de la Basílica de San Juan de Ávila en Montilla, donde celebramos especialmente su fiesta, su dies natalis, el día en que nació para el cielo. Todavía conservamos su casa, su habitación, su lecho de muerte", indicó el obispo en la carta semanal que dirige a los feligreses.
Para Demetrio Fernández, "la figura de San Juan de Ávila se nos agranda cuanto más le tratamos. Un hombre polifacético, que ha vivido centrado en Dios y haciendo el bien a los demás, sobre todo por medio de su ministerio pastoral de predicar, aconsejar, dirigir a las almas por el camino de la perfección cristiana. Un santo con una personalidad muy atractiva, en su juventud inquieta, en su radicalidad para seguir a Jesucristo perdiéndolo todo por Él".
Concluye la novena
La solemne festividad de San Juan de Ávila pone fin a la novena que se ha venido celebrando en Montilla desde el pasado 1 de mayo y que ha contado con predicadores de la talla de Juan Moreno, prelado de honor de Su Santidad y expresidente de CajaSur; Joaquín Martín, vicario episcopal para la Vida Consagrada de la Archidiócesis de Madrid; o Guillermo Rodríguez-Izquierdo, provincial de la Bética de la Compañía de Jesús.
La semana pasada, el templo de la calle Corredera recibió también la visita del cardenal Antonio María Rouco Varela, arzobispo de la Archidiócesis de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española.
J.P. BELLIDO / REDACCIÓN