Montilla Digital se hace eco en su Buzón del Lector de una queja remitida por una lectora de la página sobre la ausencia del alcalde de Montilla, Federico Cabello de Alba, durante los Plenos Infantiles celebrados con motivo de la conmemoración de la Semana de la Infancia. Si desea participar en esta sección, puede enviar un correo electrónico a nuestra dirección montilladigital@gmail.com exponiendo su queja, comentario o sugerencia. Si lo desea, puede acompañarla también de alguna fotografía.
Mi hija llevaba varias semanas nerviosa, desde que en su clase supieron que tenían que preparar los temas para participar en un Pleno del Ayuntamiento con ocasión del Día Internacional de la Infancia.
La verdad es que había oído hablar de esta actividad que me parece muy acertada porque así los niños tienen la oportunidad de saber en primera persona lo que es un Pleno y lo que allí hacen nuestros políticos y, sobre todo, tienen la posibilidad de decir lo que piensan y exponer lo que consideran que sería necesario para mejorar nuestro pueblo.
Como he dicho al principio, mi hija estaba nerviosa, esperando con ilusión que llegara el día, preparando junto a sus compañeros de clase qué decir, cómo decirlo, etc. Pero lo que más ilusión le hacía era ver al alcalde y a los concejales.
En casa hemos tratado de enseñar a nuestros hijos lo que es la cultura democrática: que la democracia es necesaria como también lo son las instituciones, los partidos políticos, el respeto a quien piensa diferente…
Es difícil mantener estas enseñanzas en tiempos como los que vivimos y, sobre todo, ante la opinión generalizada de que los políticos no sirven para nada, que todos son iguales y que solo están por su propio interés. A pesar de ello, tanto mi marido como yo nos hemos mantenido firmes en la idea de que eso no es así.
Pero entonces llegó el lunes, por fin el gran día que mi hija esperaba. Yo no paraba de mirar el reloj esperando a que llegara la hora de la vuelta del cole para que me contara cómo le había ido su visita al Ayuntamiento y su participación en el Pleno. Cuando llegó a casa, la primera pregunta obligada fue: “¿Qué tal te ha ido? Cuéntame todo, por favor”. La niña me miró y me contestó: “Bien, pero no estaba el alcalde”. Yo le respondí: “bueno hija, estaría ocupado en algo importante y por eso no ha podido estar”, tratando de esa forma calmar la desilusión que notaba en su voz.
Les puedo asegurar que creía en lo que le había contestado a mi hija. Soy consciente de que un alcalde es una persona que tiene muchas ocupaciones y preocupaciones y aunque creo que podría haber hecho un hueco en su apretada agenda, aunque sólo fuera para saludar a los niños de los colegios montillanos, también imaginaba que nuestro máximo representante tendría una buena excusa para no haber asistido a un encuentro con los niños que son el futuro de nuestro pueblo y que tantos días llevaban trabajando para hacerlo bien en el Pleno Infantil.
Pero al dia siguiente me enteré de los motivos por los que Don Federico no estuvo en el Pleno: el alcalde no estaba solucionando nuestros problemas, no estaba reunido con el representante de una importante empresa para instalarse en Montilla, no estaba buscando dinero para obras... Ni siquiera estaba en Madrid. El señor Cabello estaba en una charla con otros políticos en la Facultad de Derecho de Córdoba, hablando de los desahucios.
Después de enterarme de esto, gracias a la prensa provincial, no sé quién está más desilusionada, si mi hija o yo. A pesar de ello, seguiremos inculcando en nuestros hijos que no todos los políticos son iguales, que a algunos les importan de verdad las cosas de la gente, sobre todo si son niños del pueblo al que representan, que saben priorizar qué es lo verdaderamente importante y que nunca van a defraudar la confianza ni la ilusión y el esfuerzo de un ciudadano. Aunque todavía no vote porque no tiene edad para ello.
Mi hija llevaba varias semanas nerviosa, desde que en su clase supieron que tenían que preparar los temas para participar en un Pleno del Ayuntamiento con ocasión del Día Internacional de la Infancia.
La verdad es que había oído hablar de esta actividad que me parece muy acertada porque así los niños tienen la oportunidad de saber en primera persona lo que es un Pleno y lo que allí hacen nuestros políticos y, sobre todo, tienen la posibilidad de decir lo que piensan y exponer lo que consideran que sería necesario para mejorar nuestro pueblo.
Como he dicho al principio, mi hija estaba nerviosa, esperando con ilusión que llegara el día, preparando junto a sus compañeros de clase qué decir, cómo decirlo, etc. Pero lo que más ilusión le hacía era ver al alcalde y a los concejales.
En casa hemos tratado de enseñar a nuestros hijos lo que es la cultura democrática: que la democracia es necesaria como también lo son las instituciones, los partidos políticos, el respeto a quien piensa diferente…
Es difícil mantener estas enseñanzas en tiempos como los que vivimos y, sobre todo, ante la opinión generalizada de que los políticos no sirven para nada, que todos son iguales y que solo están por su propio interés. A pesar de ello, tanto mi marido como yo nos hemos mantenido firmes en la idea de que eso no es así.
Pero entonces llegó el lunes, por fin el gran día que mi hija esperaba. Yo no paraba de mirar el reloj esperando a que llegara la hora de la vuelta del cole para que me contara cómo le había ido su visita al Ayuntamiento y su participación en el Pleno. Cuando llegó a casa, la primera pregunta obligada fue: “¿Qué tal te ha ido? Cuéntame todo, por favor”. La niña me miró y me contestó: “Bien, pero no estaba el alcalde”. Yo le respondí: “bueno hija, estaría ocupado en algo importante y por eso no ha podido estar”, tratando de esa forma calmar la desilusión que notaba en su voz.
Les puedo asegurar que creía en lo que le había contestado a mi hija. Soy consciente de que un alcalde es una persona que tiene muchas ocupaciones y preocupaciones y aunque creo que podría haber hecho un hueco en su apretada agenda, aunque sólo fuera para saludar a los niños de los colegios montillanos, también imaginaba que nuestro máximo representante tendría una buena excusa para no haber asistido a un encuentro con los niños que son el futuro de nuestro pueblo y que tantos días llevaban trabajando para hacerlo bien en el Pleno Infantil.
Pero al dia siguiente me enteré de los motivos por los que Don Federico no estuvo en el Pleno: el alcalde no estaba solucionando nuestros problemas, no estaba reunido con el representante de una importante empresa para instalarse en Montilla, no estaba buscando dinero para obras... Ni siquiera estaba en Madrid. El señor Cabello estaba en una charla con otros políticos en la Facultad de Derecho de Córdoba, hablando de los desahucios.
Después de enterarme de esto, gracias a la prensa provincial, no sé quién está más desilusionada, si mi hija o yo. A pesar de ello, seguiremos inculcando en nuestros hijos que no todos los políticos son iguales, que a algunos les importan de verdad las cosas de la gente, sobre todo si son niños del pueblo al que representan, que saben priorizar qué es lo verdaderamente importante y que nunca van a defraudar la confianza ni la ilusión y el esfuerzo de un ciudadano. Aunque todavía no vote porque no tiene edad para ello.
LOLA ALCAIDE