El resultado de las elecciones venezolanas supone un nuevo varapalo para los intereses de las grandes empresas españolas. Durante la campaña electoral, y especialmente el día anterior a los comicios, los grandes grupos de comunicación españoles –con singular énfasis los medios de Prisa- usaron todos los argumentos posibles para apoyar al candidato de la oposición, Henrique Capriles. De hecho, dos de los principales argumentos contra Hugo Chávez fueron el narcotráfico y la violencia que sufren algunas partes del país, que podían verse claramente en la portada de El País en su versión digital.
Y no es de extrañar este rechazo al líder venezolano, pues Chávez es uno de los grandes obstáculos que tienen las grandes empresas, especialmente Repsol, para hacer negocios más rentables en Venezuela.
Existe una relación entre Prisa y Repsol. Dos de sus principales directivos están directa o indirectamente relacionados con la gran empresa petrolera, por no hablar de los grandes anunciantes (grandes empresas perjudicadas por Chávez) que invierten publicidad en sus medios.
Uno de estos directivos, Alain Minc, es también directivo de CaixaBank, con intereses en Repsol. Lo mismo ocurre con Matías Cortés, si bien, en vez de ser directivo del banco, lo es de la empresa Sacyr, también con intereses en Repsol. Por tanto, no es de extrañar la posición de Prisa y de los demás medios de comunicación. Lon intereses de los grandes anunciantes son los intereses de los medios.
Automáticamente, tras conocerse el resultado de las elecciones venezolanas, se sostuvo en muchos medios que la ignorancia de la población es lo que ha permitido a Chávez ganar las elecciones. Sea cierto o no, éste ha sido el discurso dominante, obviándose otros argumentos, positivos o negativos.
Pocos hablaron de las bondades del Gobierno de Hugo Chávez, del mismo modo que en pocos medios denunciaron otras posibles causas en negativo de la victoria del dirigente bolivariano. Otros, como el caso de El País en su edición digital, han aportado datos sin interpretarlos de forma exhaustiva.
Se puede comprobar en la información de Luis Prados titulada Venezuela decide en las urnas sobre dos modelos de sociedad, del pasado 7 de octubre, día en que tuvieron lugar los comicios. En la misma, se aporta una tabla de datos sin interpretación.
Algunos de los argumentos en positivo obviados o mal tratados, como es el caso de la información referida, son que el PIB de Venezuela ha pasado de 91.339 millones de dólares a 315.000 millones en casi trece años. También se ha obviado que ha aumentado la renta per cápita en el país. En 1998 estaba fijada en 8.500 dólares, mientras que en 2011 estuvo en 12.700.
Han aumentado significativamente las prestaciones sociales, las tasas de alfabetización y el número de universitarios. En 1998 contaba con un paro del 16,6 por ciento. En 2011 llegó al 7,9.
Finalmente, si bien no es el último argumento esgrimible, Venezuela ha aumentado su importancia a nivel internacional. De hecho, recientemente ha entrado en el Mercosur, algo a lo que ya nos referimos en este mismo espacio.
Del mismo modo que se han obviado argumentos a favor en algunos medios, también se han obviado o no se ha dado importancia suficiente a muchos argumentos en contra. En primer lugar, la maquinaria electoral, que pudo haber llegado a usar recursos ilícitos provenientes del Estado.
En segundo lugar, un amedrentamiento que consistía en sugerir que muchos beneficiarios de servicios sociales dejarían de serlo con Capriles. Por otro lado, un supuesto apoyo del Consejo Nacional Electoral, si bien Capriles aceptó después la limpieza del recuento y observadores europeos alabaron la limpieza del proceso. A todo ello hay que sumar la violencia o el narcotráfico.
Muchos argumentos a favor y muchos en contra, pero todos reducidos en los medios a unos pocos. ¿Desinteresadamente? Si bien todo es posible, lo que sí es cierto es que la reelección de Chávez no ha gustado a los grandes conglomerados de comunicación. Está por ver cómo se comportarán los medios españoles en adelante en relación a la información sobre Venezuela, aunque es previsible.
Y no es de extrañar este rechazo al líder venezolano, pues Chávez es uno de los grandes obstáculos que tienen las grandes empresas, especialmente Repsol, para hacer negocios más rentables en Venezuela.
Existe una relación entre Prisa y Repsol. Dos de sus principales directivos están directa o indirectamente relacionados con la gran empresa petrolera, por no hablar de los grandes anunciantes (grandes empresas perjudicadas por Chávez) que invierten publicidad en sus medios.
Uno de estos directivos, Alain Minc, es también directivo de CaixaBank, con intereses en Repsol. Lo mismo ocurre con Matías Cortés, si bien, en vez de ser directivo del banco, lo es de la empresa Sacyr, también con intereses en Repsol. Por tanto, no es de extrañar la posición de Prisa y de los demás medios de comunicación. Lon intereses de los grandes anunciantes son los intereses de los medios.
Automáticamente, tras conocerse el resultado de las elecciones venezolanas, se sostuvo en muchos medios que la ignorancia de la población es lo que ha permitido a Chávez ganar las elecciones. Sea cierto o no, éste ha sido el discurso dominante, obviándose otros argumentos, positivos o negativos.
Pocos hablaron de las bondades del Gobierno de Hugo Chávez, del mismo modo que en pocos medios denunciaron otras posibles causas en negativo de la victoria del dirigente bolivariano. Otros, como el caso de El País en su edición digital, han aportado datos sin interpretarlos de forma exhaustiva.
Se puede comprobar en la información de Luis Prados titulada Venezuela decide en las urnas sobre dos modelos de sociedad, del pasado 7 de octubre, día en que tuvieron lugar los comicios. En la misma, se aporta una tabla de datos sin interpretación.
Algunos de los argumentos en positivo obviados o mal tratados, como es el caso de la información referida, son que el PIB de Venezuela ha pasado de 91.339 millones de dólares a 315.000 millones en casi trece años. También se ha obviado que ha aumentado la renta per cápita en el país. En 1998 estaba fijada en 8.500 dólares, mientras que en 2011 estuvo en 12.700.
Han aumentado significativamente las prestaciones sociales, las tasas de alfabetización y el número de universitarios. En 1998 contaba con un paro del 16,6 por ciento. En 2011 llegó al 7,9.
Finalmente, si bien no es el último argumento esgrimible, Venezuela ha aumentado su importancia a nivel internacional. De hecho, recientemente ha entrado en el Mercosur, algo a lo que ya nos referimos en este mismo espacio.
Del mismo modo que se han obviado argumentos a favor en algunos medios, también se han obviado o no se ha dado importancia suficiente a muchos argumentos en contra. En primer lugar, la maquinaria electoral, que pudo haber llegado a usar recursos ilícitos provenientes del Estado.
En segundo lugar, un amedrentamiento que consistía en sugerir que muchos beneficiarios de servicios sociales dejarían de serlo con Capriles. Por otro lado, un supuesto apoyo del Consejo Nacional Electoral, si bien Capriles aceptó después la limpieza del recuento y observadores europeos alabaron la limpieza del proceso. A todo ello hay que sumar la violencia o el narcotráfico.
Muchos argumentos a favor y muchos en contra, pero todos reducidos en los medios a unos pocos. ¿Desinteresadamente? Si bien todo es posible, lo que sí es cierto es que la reelección de Chávez no ha gustado a los grandes conglomerados de comunicación. Está por ver cómo se comportarán los medios españoles en adelante en relación a la información sobre Venezuela, aunque es previsible.
RAFAEL SOTO