El Papa Benedicto XVI ha proclamado esta mañana Doctor de la Iglesia Universal a San Juan de Ávila. Dos minutos antes de que el reloj de la plaza de San Pedro marcara la diez de la mañana, el Sumo Pontífice ha reconocido el doctorado del asceta manchego, que falleció en Montilla el 10 de mayo de 1569, ante la presencia de decenas de montillanos que se han desplazado hasta Roma para presenciar en directo este acontecimiento histórico.
La proclamación fue solicitada oficialmente por el cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos, que ha estado acompañado en la ceremonia por los postuladores de las Causas. Tras la lectura de una breve biografía de San Juan de Ávila y de Santa Hildegarda de Bigen –que también ha sido reconocida por el Papa-, Benedicto XVI ha procedido al rito de la proclamación en latín.
"Acogiendo el deseo de muchos Hermanos en el Episcopado y de muchos fieles del mundo entero, después de haber recibido el parecer de la Congregación de las Causas de los Santos, después de haber reflexionando largo tiempo y habiendo alcanzado plena y segura convicción, con la plenitud de la autoridad apostólica declaramos a San Juan de Ávila, sacerdote diocesano, y a Santa Hildegarda de Bingen, monja profesa de la Orden de San Benito, Doctores de la Iglesia Universal. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo".
Eran las 9.58 de la mañana y los campanarios de Montilla comenzaban a doblar, mientras las decenas de miles de personas que han asistido a la ceremonia en la misma Plaza de San Pedro han roto en aplausos durante varios minutos, bajo los dos grandes tapices de los nuevos Doctores de la Iglesia que colgaban de la fachada principal de la Basílica de San Pedro.
Tras la proclamación, ha tenido lugar una misa concelebrada por Benedicto XVI junto a 49 cardenales, siete patriarcas de iglesias católicas de rito oriental, 71 arzobispos, 120 obispos y varios centenares de sacerdotes. En total, 408 religiosos, entre los que destacaban 62 obispos y cardenales españoles, llegados de todas las Diócesis del país.
Durante el transcurso de la ceremonia, el Papa se mostró esperanzado en que tanto San Juan de Ávila como Santa Hildegarda de Bigen "sigan siendo faros luminosos y seguros en el anuncio del Reino de Dios" y que "ayuden a todos a crecer cada día en la auténtica vida de fe".
El Pontífice remarcó igualmente que San Juan de Ávila "supo penetrar con singular profundidad en los misterios de la redención obrada por Cristo para la humanidad" al ser "hombre de Dios, unía la oración constante con la acción apostólica" y subrayó que el nuevo Doctor de la Iglesia "se dedicó a la predicación y al incremento de la práctica de los sacramentos, concentrando sus esfuerzos en mejorar la formación de los candidatos al sacerdocio, de los religiosos y los laicos, con vistas a una fecunda reforma de la Iglesia".
Delegación española
La proclamación de Doctor de la Iglesia de San Juan de Ávila ha contado con una delegación oficial española encabezada por Soraya Sáenz de Santamaría, vicepresidenta del Gobierno y ministra de la Presidencia. También han asistido María Dolores de Cospedal, presidenta de la Junta de Castilla-La Mancha; Rafael Mendívil, subsecretario de Asuntos Exteriores y de Cooperación; José Lozano, alcalde de Almodóvar del Campo, la ciudad natal del santo; y Federico Cabello de Alba, alcalde de Montilla.
Para algunos medios de comunicación españoles, la decisión de Mariano Rajoy de no encabezar hoy la delegación española responde a las "frías relaciones" entre la Conferencia Episcopal Española (CEE) y el presidente del Gobierno, que "son correctas pero distantes" desde que en 2008, el cardenal Rouco Varela no intercediera por el entonces líder de la oposición ante los ataques del periodista Federico Jiménez Losantos en la Cadena COPE.
La ceremonia ha contado además con la participación del montillano Francisco Almedina, exconcejal del Ayuntamiento de Montilla y padre del rector de la Basílica de San Juan de Ávila, José Almedina. El seglar montillano ha sido el encargado de presentar una de las ofrendas al Papa, con el que ha departido unos segundos.
Una figura clave del 'Siglo de Oro'
San Juan de Ávila fue fundador de centros de Teología y Humanidades en Baeza, Granada y Córdoba, así como de varios colegios en Jerez, Priego, Montilla, Úbeda, Sevilla, Alcalá de Guadaira, Palma del Río y Écija. Sus reliquias presiden el altar de La Encarnación, una iglesia situada en la calle Corredera cuya construcción comenzó en 1726 y que, por diversos avatares históricos, no fue concluida hasta 1949.
Orientador espiritual de San Francisco de Borja, San Ignacio de Loyola, Santa Teresa de Jesús y Fray Luis de Granada, este montillano adoptivo preparó escritos y memoriales para los concilios de Trento y Toledo, contribuyendo en gran medida a la posición preeminente que ostentó la localidad durante el Siglo de Oro.
Con su proclamación esta mañana, San Juan de Ávila se une a otros grandes doctores de la Iglesia nacidos en España, como San Isidoro de Sevilla (560-636), Santa Teresa de Jesús (1515-1582) y San Juan de la Cruz (1542-1591).
La proclamación fue solicitada oficialmente por el cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos, que ha estado acompañado en la ceremonia por los postuladores de las Causas. Tras la lectura de una breve biografía de San Juan de Ávila y de Santa Hildegarda de Bigen –que también ha sido reconocida por el Papa-, Benedicto XVI ha procedido al rito de la proclamación en latín.
"Acogiendo el deseo de muchos Hermanos en el Episcopado y de muchos fieles del mundo entero, después de haber recibido el parecer de la Congregación de las Causas de los Santos, después de haber reflexionando largo tiempo y habiendo alcanzado plena y segura convicción, con la plenitud de la autoridad apostólica declaramos a San Juan de Ávila, sacerdote diocesano, y a Santa Hildegarda de Bingen, monja profesa de la Orden de San Benito, Doctores de la Iglesia Universal. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo".
Eran las 9.58 de la mañana y los campanarios de Montilla comenzaban a doblar, mientras las decenas de miles de personas que han asistido a la ceremonia en la misma Plaza de San Pedro han roto en aplausos durante varios minutos, bajo los dos grandes tapices de los nuevos Doctores de la Iglesia que colgaban de la fachada principal de la Basílica de San Pedro.
Tras la proclamación, ha tenido lugar una misa concelebrada por Benedicto XVI junto a 49 cardenales, siete patriarcas de iglesias católicas de rito oriental, 71 arzobispos, 120 obispos y varios centenares de sacerdotes. En total, 408 religiosos, entre los que destacaban 62 obispos y cardenales españoles, llegados de todas las Diócesis del país.
Durante el transcurso de la ceremonia, el Papa se mostró esperanzado en que tanto San Juan de Ávila como Santa Hildegarda de Bigen "sigan siendo faros luminosos y seguros en el anuncio del Reino de Dios" y que "ayuden a todos a crecer cada día en la auténtica vida de fe".
El Pontífice remarcó igualmente que San Juan de Ávila "supo penetrar con singular profundidad en los misterios de la redención obrada por Cristo para la humanidad" al ser "hombre de Dios, unía la oración constante con la acción apostólica" y subrayó que el nuevo Doctor de la Iglesia "se dedicó a la predicación y al incremento de la práctica de los sacramentos, concentrando sus esfuerzos en mejorar la formación de los candidatos al sacerdocio, de los religiosos y los laicos, con vistas a una fecunda reforma de la Iglesia".
Delegación española
La proclamación de Doctor de la Iglesia de San Juan de Ávila ha contado con una delegación oficial española encabezada por Soraya Sáenz de Santamaría, vicepresidenta del Gobierno y ministra de la Presidencia. También han asistido María Dolores de Cospedal, presidenta de la Junta de Castilla-La Mancha; Rafael Mendívil, subsecretario de Asuntos Exteriores y de Cooperación; José Lozano, alcalde de Almodóvar del Campo, la ciudad natal del santo; y Federico Cabello de Alba, alcalde de Montilla.
Para algunos medios de comunicación españoles, la decisión de Mariano Rajoy de no encabezar hoy la delegación española responde a las "frías relaciones" entre la Conferencia Episcopal Española (CEE) y el presidente del Gobierno, que "son correctas pero distantes" desde que en 2008, el cardenal Rouco Varela no intercediera por el entonces líder de la oposición ante los ataques del periodista Federico Jiménez Losantos en la Cadena COPE.
La ceremonia ha contado además con la participación del montillano Francisco Almedina, exconcejal del Ayuntamiento de Montilla y padre del rector de la Basílica de San Juan de Ávila, José Almedina. El seglar montillano ha sido el encargado de presentar una de las ofrendas al Papa, con el que ha departido unos segundos.
Una figura clave del 'Siglo de Oro'
San Juan de Ávila fue fundador de centros de Teología y Humanidades en Baeza, Granada y Córdoba, así como de varios colegios en Jerez, Priego, Montilla, Úbeda, Sevilla, Alcalá de Guadaira, Palma del Río y Écija. Sus reliquias presiden el altar de La Encarnación, una iglesia situada en la calle Corredera cuya construcción comenzó en 1726 y que, por diversos avatares históricos, no fue concluida hasta 1949.
Orientador espiritual de San Francisco de Borja, San Ignacio de Loyola, Santa Teresa de Jesús y Fray Luis de Granada, este montillano adoptivo preparó escritos y memoriales para los concilios de Trento y Toledo, contribuyendo en gran medida a la posición preeminente que ostentó la localidad durante el Siglo de Oro.
Con su proclamación esta mañana, San Juan de Ávila se une a otros grandes doctores de la Iglesia nacidos en España, como San Isidoro de Sevilla (560-636), Santa Teresa de Jesús (1515-1582) y San Juan de la Cruz (1542-1591).
J.P. BELLIDO / REDACCIÓN