Miguel Arjona Navarro, el último exponente de una fructífera generación de imagineros cordobeses, falleció anoche a la edad de 79 años. Alumno de Amadeo Ruiz Olmos –autor de las imágenes del Cristo del Amor y de Jesús Preso de Montilla-, el artista dejó una importante impronta en la localidad de la Campiña Sur, de donde procedía buena parte de su familia.
Así, junto a la imagen de María Santísima de la Caridad en sus Tristezas –que Miguel Arjona realizó en 1987 por encargo del entonces párroco de San Francisco Solano, Rafael Cerrillo-, el artista cordobés es autor del Santísimo Cristo de la Paz, un hermoso crucificado que preside el altar mayor de la Parroquia de La Asunción y que, durante varios años, procesionó en Vía Crucis en la madrugada del Viernes Santo, gracias a la iniciativa de la Hermandad del Señor en la Santa Cena.
Sus raíces montillanas y su amistad con el sacerdote Miguel Varona Villar le llevaron a aceptar en el año 2007 uno de sus últimos trabajos, cuando estaba a punto de cerrar su taller situado en el número 23 de la calle Rey Heredia, en pleno barrio de la Judería: la imagen de Santiago Apóstol que preside el altar mayor de la Iglesia Mayor de Montilla y que representa al patrón de España.
Aunque Miguel Arjona ha ocupado en las últimas décadas un lugar privilegiado en la imaginería cordobesa, ha sido más conocido en el mundo cofrade de la provincia por su faceta como restaurador. No en vano, ha recuperado tallas tan señeras en Córdoba como la Virgen de las Tristezas, cotitular de la Hermandad del Remedio de Ánimas, o el popular Esparraguero, fabricado con una mezcla de fibras vegetales y encolados. Asimismo, es el artífice de una de las restauraciones a las que fue sometida la Virgen de La Aurora, patrona de Montilla.
A la edad de 14 años decidió ingresar en la Escuela de Artes y Oficios de Córdoba, animado por el que, hasta entonces, había sido su maestro: el reconocido imaginero Antonio Castillo Ariza, que regentaba un taller en la calle Velasco. Años más tarde, ayudado por su cuñado, Joaquín Vázquez Urbano, Miguel Arjona fue dando forma a un gran número de obras muy significativas para los amantes de la Semana Santa en la provincia de Córdoba.
Tras su primer encargo –una Virgen de Patrocinio que le solicitaron para el convento de las Madres Franciscanas Descalzas de Ronda, en Málaga-, Miguel Arjona esculpió una Virgen de Loreto para la misma localidad malagueña y un Nazareno para Yunquera (Málaga). Después llegarían otros encargos en piedra para un parque infantil de Lucena, mesas de altar para iglesias de toda la provincia, y restauraciones de retablos, como el de la Capilla de los Santos Mártires, en la Basílica Menor de San Pedro de la capital.
El artista cordobés también participó en la VIII Exposición Nacional de Artesanía en Montilla, donde logró el primer premio en la categoría de Escultura con una imagen de San Juan Bautista tallada en piedra negra. Además, en esa misma muestra consiguió un accésit por un relieve en madera de la Asunción en el que inmortalizaba a un Cristo esculpido en nogal.
Miguel Arjona Navarro será enterrado hoy en Córdoba tras el funeral corpore insepulto que se celebrará a las 18.00 de la tarde en la iglesia del Salvador y Santo Domingo de Silos, conocida popularmente como "La Compañía", junto a la plaza de Las Tendillas.
Miguel Arjona era el último superviviente de una generación de imagineros que se ha apagado hoy de manera definitiva. Su obra se encuentra repartida por iglesias de toda Andalucía e, incluso, por países como Estados Unidos, Canadá o Malasia.
En sus seis décadas de carrera artística, dirigió un gran número de restauraciones para hermandades cordobesas como las del Cristo de la Salud, titular de la Cofradía del Vía Crucis; la de Jesús Caído, el Señor de los toreros; o el Cristo de la Caridad, ese impresionante crucificado que celebra estación de penitencia en la tarde del Jueves Santo escoltado por los caballeros legionarios del Tercio Gran Capitán. Además, Miguel Arjona diseñó un gran número de coronas y de bordados para palio que pueden admirarse en distintos puntos de Andalucía.
Así, junto a la imagen de María Santísima de la Caridad en sus Tristezas –que Miguel Arjona realizó en 1987 por encargo del entonces párroco de San Francisco Solano, Rafael Cerrillo-, el artista cordobés es autor del Santísimo Cristo de la Paz, un hermoso crucificado que preside el altar mayor de la Parroquia de La Asunción y que, durante varios años, procesionó en Vía Crucis en la madrugada del Viernes Santo, gracias a la iniciativa de la Hermandad del Señor en la Santa Cena.
Sus raíces montillanas y su amistad con el sacerdote Miguel Varona Villar le llevaron a aceptar en el año 2007 uno de sus últimos trabajos, cuando estaba a punto de cerrar su taller situado en el número 23 de la calle Rey Heredia, en pleno barrio de la Judería: la imagen de Santiago Apóstol que preside el altar mayor de la Iglesia Mayor de Montilla y que representa al patrón de España.
Aunque Miguel Arjona ha ocupado en las últimas décadas un lugar privilegiado en la imaginería cordobesa, ha sido más conocido en el mundo cofrade de la provincia por su faceta como restaurador. No en vano, ha recuperado tallas tan señeras en Córdoba como la Virgen de las Tristezas, cotitular de la Hermandad del Remedio de Ánimas, o el popular Esparraguero, fabricado con una mezcla de fibras vegetales y encolados. Asimismo, es el artífice de una de las restauraciones a las que fue sometida la Virgen de La Aurora, patrona de Montilla.
A la edad de 14 años decidió ingresar en la Escuela de Artes y Oficios de Córdoba, animado por el que, hasta entonces, había sido su maestro: el reconocido imaginero Antonio Castillo Ariza, que regentaba un taller en la calle Velasco. Años más tarde, ayudado por su cuñado, Joaquín Vázquez Urbano, Miguel Arjona fue dando forma a un gran número de obras muy significativas para los amantes de la Semana Santa en la provincia de Córdoba.
Tras su primer encargo –una Virgen de Patrocinio que le solicitaron para el convento de las Madres Franciscanas Descalzas de Ronda, en Málaga-, Miguel Arjona esculpió una Virgen de Loreto para la misma localidad malagueña y un Nazareno para Yunquera (Málaga). Después llegarían otros encargos en piedra para un parque infantil de Lucena, mesas de altar para iglesias de toda la provincia, y restauraciones de retablos, como el de la Capilla de los Santos Mártires, en la Basílica Menor de San Pedro de la capital.
El artista cordobés también participó en la VIII Exposición Nacional de Artesanía en Montilla, donde logró el primer premio en la categoría de Escultura con una imagen de San Juan Bautista tallada en piedra negra. Además, en esa misma muestra consiguió un accésit por un relieve en madera de la Asunción en el que inmortalizaba a un Cristo esculpido en nogal.
Miguel Arjona Navarro será enterrado hoy en Córdoba tras el funeral corpore insepulto que se celebrará a las 18.00 de la tarde en la iglesia del Salvador y Santo Domingo de Silos, conocida popularmente como "La Compañía", junto a la plaza de Las Tendillas.
Una intensa carrera artística
Miguel Arjona era el último superviviente de una generación de imagineros que se ha apagado hoy de manera definitiva. Su obra se encuentra repartida por iglesias de toda Andalucía e, incluso, por países como Estados Unidos, Canadá o Malasia.
En sus seis décadas de carrera artística, dirigió un gran número de restauraciones para hermandades cordobesas como las del Cristo de la Salud, titular de la Cofradía del Vía Crucis; la de Jesús Caído, el Señor de los toreros; o el Cristo de la Caridad, ese impresionante crucificado que celebra estación de penitencia en la tarde del Jueves Santo escoltado por los caballeros legionarios del Tercio Gran Capitán. Además, Miguel Arjona diseñó un gran número de coronas y de bordados para palio que pueden admirarse en distintos puntos de Andalucía.
J.P. BELLIDO / REDACCIÓN