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¿Sobrevivirá Montilla Digital? (II)

Hace aproximadamente un año que lancé la misma pregunta que ahora realizo. Era una interrogante que me hacía a partir de la experiencia acumulada en publicaciones en las que he participado a lo largo del tiempo. Y si de nuevo vuelvo con esta interrogante se debe a que recientemente participé en la Universidad Autónoma de Barcelona en un congreso internacional sobre la influencia de los medios de comunicación en diferentes países de los cinco continentes.

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En este encuentro, mayoritariamente participaban profesionales ligados al mundo del Periodismo, puesto que era en la Facultad de Ciencias de la Comunicación el lugar en el que se celebraban las jornadas. Pero también había un espacio significativo para los docentes que trabajamos en las aulas universitarias y que tenemos una relación estrecha con las denominadas TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación).

Por mi parte, dado que soy director de un grupo docente de la Universidad de Córdoba que aborda la enseñanza con estas nuevas tecnologías, presenté el último trabajo que habíamos realizado dentro del grupo Signos, que es como se llama.

Hago referencia a este congreso porque hubo una mesa redonda de gran relevancia en la que se trataba la prensa digital y la repercusión que tiene en la actualidad. En aquellos momentos me acordé de este diario, Montilla Digital, en el que llevo participando, aproximadamente, año y medio.

Y si lo comparo con lo que allí se exponía, puedo decir que Montilla Digital, desde mi punto de vista, quedaba muy bien parado al analizar su realidad y establecer comparaciones con otras experiencias que se llevaban a cabo en diarios similares.

De todos modos, se debatió la fragilidad con la que se mueve todavía esta prensa, puesto que el trabajo que hay que realizar es alto, al tiempo que es gratuito el acceso a estos medios, que, paso a paso, se están imponiendo y le están comiendo el terreno a la prensa gráfica.

Las intervenciones de los estudiantes de Periodismo y de los jóvenes periodistas eran constantes sobre el futuro de los medios comunicación así como de las incertidumbres en las que actualmente están viviendo.

El término "fragilidad" que he indicado, referido a la prensa digital, y que fue repetido en algunas ocasiones, proviene de que en muchos casos se elabora bajo la responsabilidad de unos titulados, mayoritariamente en Periodismo, cuyo trabajo no se ve recompensado económicamente y tienen que acudir a una alta dosis de voluntarismo para mantener un proyecto muchas veces apasionante.

Y bajo ese prima hay que entender a Montilla Digital, pues ha sido el entusiasta trabajo desplegado por su director el que ha dado lugar a que Montilla cuente con un diario en la red de una indudable calidad. Hoy podemos decir que esta querida localidad posee un magnífico medio en el que es posible expresar las ideas personales sin otro límite que el de un respeto básico, expuesto en unas breves y razonables normas de publicación.

Recordemos que Montilla Digital nació en diciembre de 2009. Son, pues, dos años y medio de existencia, de presencia constante, en los que ha ido creciendo, fortaleciéndose hasta configurarse como un medio en el que el rigor, la pluralidad, la independencia y la participación de los lectores son la base de un proyecto que considero ha alcanzado su madurez.

Pero su parte débil se encuentra aún en la financiación, ya que el modo que tiene de hacerlo es a través de la publicidad. En este aspecto, como saben todos los lectores, el diario dio hace meses un salto hacia delante, al plantear un nuevo diseño para incluir banners publicitarios con los que recabar algunos ingresos.

Es posible que a algunos lectores no les guste la publicidad; sin embargo, ningún periódico podría sobrevivir sin la publicidad. Ahí tenemos el caso de Público que llegó a alcanzar un considerable número de ejemplares de venta diaria, pero que al no lograr suficientes ingresos por páginas publicitarias tuvo que cerrar y convertirse en un diario digital.

Partiendo de que la publicidad es totalmente necesaria, ahora me pongo en la piel de quien se anuncia en sus páginas y avanzo algunos de los interrogantes que pudiera formularse: ¿Tiene verdaderas ventajas anunciarse en unas páginas digitales? ¿Resulta rentable desde el punto de vista de la difusión de la marca o el nombre anunciados? ¿Es verdaderamente eficaz la publicidad en un diario como Montilla Digital? Estos fueron algunos de los puntos abordados en la mesa redonda citada del congreso y en la que se produjo una de mis intervenciones más extensas.

Los lectores que siguen Negro sobre blanco ya saben que uno de los temas sobre los que escribo suele ser acerca de la publicidad y su influencia. Puesto que en ocasiones me he servido de ella para realizar artículos críticos y con cierto carácter irónico, algunos pueden tener la idea errónea de que la empleo para criticarla y cuestionarla como un medio que considero alienante. En absoluto. Desde que terminé los estudios de Arquitectura, no solamente inicié mi carrera profesional como arquitecto sino también comencé a trabajar en el campo del diseño gráfico, ámbito que me entusiasma.

Pero precisamente porque me gusta, realizo una crítica sin ningún tipo de cortapisas de aquella publicidad que me parece vulgar, alienante o manipuladora. Creo que una buena publicidad no solamente es imaginativa y creadora, sino que sirve para promocionar bien determinados productos o servicios, al tiempo que también es respetuosa con el ciudadano que la recibe.

Con este planteamiento trabajo con mis alumnos. Y precisamente con un grupo de ellos realicé una pequeña experiencia para comprobar la eficacia de la publicidad que aparece en un diario impreso y la que se realiza actualmente en Montilla Digital.

Pude comprobar que memorizaban mejor los anuncios de este último medio. La razón se encontraba en que al acceder a la página principal mantenían la atención durante un cierto tiempo en la lectura de los titulares y presentación de las noticias así como de los artículos de los comentaristas, lo que daba lugar a que indirectamente estuvieran percibiendo los banners. Por otro lado, si entraban en una noticia volvían a recibirlos. Así los veían hasta tres veces, lo que supone tres impactos publicitarios.

Sin embargo, en la prensa impresa el tiempo de percepción de los anuncios era menor y la atención se daba si el anuncio estaba al lado del artículo que se leía; de no producirse esta circunstancia, se pasaba rápidamente de página y la efectividad del anuncio era muy escasa.

Esas circunstancias juegan a favor de los medios digitales. Por otro lado, Montilla Digital recibe más de 300.000 entradas mensuales, lo que refuerza claramente la eficacia de la publicidad que aparece en sus páginas.

Personalmente, podría citar de memoria todos los nombres que aparecen en los banners de Montilla Digital, aunque no los conozca directamente, pues su visibilidad es muy alta y cada vez que entro en el diario siento que han acabado haciéndose familiares unos nombres que enmarcan las noticias y los artículos que aparecen en sus páginas de pantalla.

Para cerrar, quisiera responder al interrogante del título del artículo indicando que es vital la publicidad para este diario, que hay que apoyarla y potenciarla, puesto que si un día, por cualquier circunstancia, desapareciera creo que sería una enorme pérdida para Montilla, pues dejaría de contar con un medio que, como he apuntado anteriormente, ha alcanzado una calidad y un nivel de madurez muy loables. Y, la verdad, no estamos para echar a perder lo que tanto trabajo ha costado levantar.

AURELIANO SÁINZ
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