Mientras se cierran ambulatorios, urgencias hospitalarias o colegios, el monarca viaja en avión privado y con servicio médico exclusivo a cazar elefantes a exóticos países africanos. Aunque el sistema financiero está en bancarrota, ninguno de sus banqueros será juzgado o dará cuentas en el Parlamento. Como premio a la magnífica gestión, los banqueros ruinosos se jubilarán con multimillonarias jubilaciones, mientras que el primer ministro español ha tardado seis meses, desde que fue elegido, en comparecer públicamente.
Los ciudadanos son entretenidos con costosos desfiles militares y acrobacias aéreas que pintan banderas españolas en cielo patrio y una tal "prima de riesgo" tiene atemorizada a una población desconcertada.
Los partidos políticos, que se alternan en el poder, pactan sus vergüenzas para que no se esclarezca la verdad de una crisis que desahucia cada día a 157 familias de sus viviendas.
La fiesta nacional española es el asesinato de un toro en presencia de miles de personas vestidas de etiqueta para la ocasión y el coste de los profesores de Religión Católica lo pagan los ciudadanos, incluidos los musulmanes, judíos o no creyentes.
El gasto en Defensa –mantenimiento del Ejército y compra de material para la guerra- es el triple de lo que España invierte en investigación. Por otro lado, el dinero que no se invertirá en Educación y Sanidad irá en su totalidad para financiar a la Iglesia Católica, a pesar de que España es constitucionalmente aconfesional y la Educación y la Sanidad son derechos constitucionales.
Esperanza Aguirre, presidenta de una de las 17 comunidades autónomas españolas, envía cartas a sus funcionarios con graves faltas de ortografía y los programas líderes de audiencia están protagonizados por jóvenes que dicen sin pudor no haber leído un libro en su vida.
No os preocupéis: no todo es malo. Tenéis a vuestra disposición aeropuertos peatonales donde podréis pasear plácidamente sin aviones que os molesten. También tendréis la oportunidad de visitar museos sin colecciones de arte o urbanizaciones sin habitantes. Hace unos años, a este modelo se le llamaba "el milagro español".
Miles de manifestantes protestan contra la reducción de becas y contra la subida de las tasas universitarias. Pero no os preocupéis por vuestra seguridad: están custodiados por la Policía española porque son una ramificación de la Yihad islámica.
Querido turista, es importante que sepas que en el país con más parados de la UE, cada uno de sus ciudadanos pondrá 500 euros para sanear las cuentas públicas de un banco privado que desahucia a quien no le paga. Si eres islandés, no te sorprendas, en España no se conoce la solución a la crisis islandesa. Los medios de comunicación no lo difunden porque los bancos son los dueños de su información.
El modelo productivo que financiaron los bancos españoles, idéntico al modelo franquista de construcción y turismo, ha conseguido que seis de cada 10 jóvenes españoles estén en paro, lo que ha motivado que, desde 2008, 400.000 menores de 30 años, con estudios universitarios, algún máster, mucha decepción y con superávit de indignación, hayan emigrado sin más equipaje que un billete de avión sin vuelta.
Muchos de vosotros vais a recibir en vuestros países a jóvenes españoles excelentemente formados, ávidos de oportunidades y cansados del “mañana te llamo”. Trátenlos bien, huyen de una España donde los ciudadanos votan a favor de anteponer las corridas de toros al empleo.
Huyen de una tierra donde se salvan bancos y no a personas; un lugar en el que la honestidad es motivo de mofa, la cultura un impedimento para ser competitivo y el pensamiento crítico te convierte en terrorista radical.
Si, tras conocer la situación de España, os entran ganas de ir a hablar con algún ministro español, no olvidéis que solo uno de ellos habla inglés. Ciertamente, Spain is different.
Los ciudadanos son entretenidos con costosos desfiles militares y acrobacias aéreas que pintan banderas españolas en cielo patrio y una tal "prima de riesgo" tiene atemorizada a una población desconcertada.
Los partidos políticos, que se alternan en el poder, pactan sus vergüenzas para que no se esclarezca la verdad de una crisis que desahucia cada día a 157 familias de sus viviendas.
La fiesta nacional española es el asesinato de un toro en presencia de miles de personas vestidas de etiqueta para la ocasión y el coste de los profesores de Religión Católica lo pagan los ciudadanos, incluidos los musulmanes, judíos o no creyentes.
El gasto en Defensa –mantenimiento del Ejército y compra de material para la guerra- es el triple de lo que España invierte en investigación. Por otro lado, el dinero que no se invertirá en Educación y Sanidad irá en su totalidad para financiar a la Iglesia Católica, a pesar de que España es constitucionalmente aconfesional y la Educación y la Sanidad son derechos constitucionales.
Esperanza Aguirre, presidenta de una de las 17 comunidades autónomas españolas, envía cartas a sus funcionarios con graves faltas de ortografía y los programas líderes de audiencia están protagonizados por jóvenes que dicen sin pudor no haber leído un libro en su vida.
No os preocupéis: no todo es malo. Tenéis a vuestra disposición aeropuertos peatonales donde podréis pasear plácidamente sin aviones que os molesten. También tendréis la oportunidad de visitar museos sin colecciones de arte o urbanizaciones sin habitantes. Hace unos años, a este modelo se le llamaba "el milagro español".
Miles de manifestantes protestan contra la reducción de becas y contra la subida de las tasas universitarias. Pero no os preocupéis por vuestra seguridad: están custodiados por la Policía española porque son una ramificación de la Yihad islámica.
Querido turista, es importante que sepas que en el país con más parados de la UE, cada uno de sus ciudadanos pondrá 500 euros para sanear las cuentas públicas de un banco privado que desahucia a quien no le paga. Si eres islandés, no te sorprendas, en España no se conoce la solución a la crisis islandesa. Los medios de comunicación no lo difunden porque los bancos son los dueños de su información.
El modelo productivo que financiaron los bancos españoles, idéntico al modelo franquista de construcción y turismo, ha conseguido que seis de cada 10 jóvenes españoles estén en paro, lo que ha motivado que, desde 2008, 400.000 menores de 30 años, con estudios universitarios, algún máster, mucha decepción y con superávit de indignación, hayan emigrado sin más equipaje que un billete de avión sin vuelta.
Muchos de vosotros vais a recibir en vuestros países a jóvenes españoles excelentemente formados, ávidos de oportunidades y cansados del “mañana te llamo”. Trátenlos bien, huyen de una España donde los ciudadanos votan a favor de anteponer las corridas de toros al empleo.
Huyen de una tierra donde se salvan bancos y no a personas; un lugar en el que la honestidad es motivo de mofa, la cultura un impedimento para ser competitivo y el pensamiento crítico te convierte en terrorista radical.
Si, tras conocer la situación de España, os entran ganas de ir a hablar con algún ministro español, no olvidéis que solo uno de ellos habla inglés. Ciertamente, Spain is different.
RAÚL SOLÍS