¿Susceptibilidades a flor de piel por el tema IBI? ¿Una tormenta en un vaso de agua? ¿Intereses creados para montar camorra y sulfurarnos más de lo que ya estamos? ¿Se pretende desviar la atención del pueblo de cuestiones quizás más importantes? ¿Quién gana con este tipo de campañas? Decía Pascal: “El corazón tiene razones que la razón desconoce”. ¿Es este un tema de razón o de corazón?
Según Aristóteles la justicia distributiva o equidad consiste en dar a cada uno lo suyo, en repartir las cargas y los beneficios sociales para lograr el bien común. Esta misión corresponde al Estado. Sólo añadir una muletilla: pretendamos de los demás lo que ya cumplimos nosotros –los mismos derechos, las mismas obligaciones-.
El Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) lo debe satisfacer todo aquel que sea propietario, particular o público. Entramos en aguas borrascosas pero la Ley debe ser igual para todos. Según la prensa, el 80 por ciento de los españoles opina que este impuesto lo deben pagar todos. ¡Justicia quiero pero por mi casa no!
¿Deben las instituciones religiosas –Iglesia Católica, otras iglesias como la Evangélica, Testigos de Jehová, comunidad judía o musulmana y hasta los mormones, que también existen en nuestro suelo- cumplir con el IBI? Deberían ser los primeros en dar ejemplo.
¿Deben los partidos políticos –PP, PSOE, IU, CIU, Bloque de lo que sea…, Coalición de tal o cual color…, Verdes, Amarillos- ingresar el IBI? Por supuesto que sí y hasta los creeríamos más. En honor a la verdad, por los datos aparecidos en prensa, el PSOE pagó el IBI de Ferraz en 2011. En Córdoba también. ¿Solos? ¡Pues que cunda el ejemplo!
Las fundaciones todas –privadas, públicas, semipúblicas, bancarias, de cajas de ahorros, pertenecientes a los partidos políticos, a los sindicatos, a las iglesias y a alguna entidad más que posiblemente se me esté olvidando- ¿deben satisfacer este tipo de impuesto? ¡Como mandan los cánones!
Las ONG, supuestamente todas ellas sin ánimo de lucro, sean de quien sean; la SGAE, sí, la misma que cobra por poner música en los colegios, en los actos benéficos o en una peluquería; los museos; los colegios; las Administraciones públicas; la Universidad y sus diversas sedes; los edificios catalogados como Bien de Interés Cultural (BIC), también deben ingresar dicho impuesto.
Los sindicatos también deben apechar: UGT, CC.OO, USO, CESIF, ANPE, SAT, COS, Unió de Pagesos... Estos son los que más suenan, pero hay muchos más sindicatos. En las listas que he consultado reseñan una treintena. Que ya apecha alguno… ¡Felicidades!
Y voy un poco más lejos con todos ellos. Algunos tienen una magnífica y soberbia sede con bastantes metros cuadrados. Metros y ubicación pagan más. Tengo entendido que, en algunos casos, ocupan edificios públicos por los que no abonan alquiler, luz, agua, etc.... ¡Pues aportando, que es gerundio!
Las federaciones deportivas –Federación Española de Futbol, de Baloncesto, de…, de… y tantas otras existentes, que son muchas en este país- deben satisfacer el IBI. Con los clubes de futbol voy algo más lejos, en este caso también. Deben saldar las cuotas que adeudan a Hacienda. ¡Ya, no dentro de diez años! Si tienen dinero para cerrar fichajes millonarios deben tenerlo para pagar al fisco.
¿Las empresas públicas o semipúblicas asociadas a tal o cual partido político, sindicato, Autonomía? También deben aportar su correspondiente granito de arena en calidad de tributo. La crisis la sufrimos todos y la debemos pagar entre todos y no solo los parados y el pueblo llano en general. Lamentablemente, las consecuencias de esta situación la soportan los ciudadanos con menos posibilidades.
¿Contribuyen a las arcas públicas Cruz Roja, ONCE, consulados, embajadas, terrenos de Renfe, por ejemplo y posiblemente otros más que se me olvidan? No lo sé. Si apretamos el cinturón a uno o varios sectores, debemos apretarlo a todos por igual. Caso contrario, se rompe la baraja porque el juego tiene trampa.
Estar exentos de abonar determinado tipo de tributos es un privilegio del que gozan más entidades de las que nos podemos imaginar. Por tanto, no seamos fariseos, cascarrabias o agitadores. Seamos transparentes, justos y claros en los mensajes que vamos a transmitir al sufrido pueblo y pidamos justicia tributaria, empezando por la propia casa.
Vamos, que creíamos que la vaca había perdido la leche y resulta que los vaqueros no la están ordeñando debidamente y solo obtienen beneficio para uso propio. Pues a escotar todos, que hay que sacar dinero de debajo de las piedras.
Los humildes ciudadanos, que en épocas algo mejores pudieron comprar un piso de pocos y menos metros cuadrados, también pechan con el IBI, aunque estén parados y al límite de sus posibilidades económicas. ¿Son menos que los nombrados anteriormente?
En este caso, paganos debemos ser todos los que seamos propietarios físicos de un piso, casa, aparcamiento y todo lo que entre en el concepto IBI, que por no ser entendido en la materia puede que se me esté olvidando algún dato y hasta meta la pata pasándome de listo si reflejo alguno que no corresponde.
No estoy adscrito a ninguna iglesia y, por tanto, no defiendo a grupo religioso alguno. Intencionadamente se está haciendo una “sonora cacerolada” contra la Iglesia Católica porque no abona el IBI, pues ¡que lo pague! Pero las demás entidades religiosas, civiles, militares, sindicales, deportivas, etc., etc., etc., sean del color que sean, también deben ingresarlo ¡O todos moros o todos cristianos!
Señores políticos, España es un país con un alto sentir anticlerical que viene de antaño. De un tiempo a esta parte se está escorando el barco intencionadamente. ¿Cortina de humo para ocultar descalabros internos? Alimentar el anticlericalismo es tan arriesgado como fomentar cualquier otro “-ismo” exclusivista. ¿Volveremos a repetir la historia?
Están dando carnaza al personal para que se rebote. Miremos un poco para atrás, a la historia casi reciente y seamos capaces de reflexionar. Incitar al pueblo es fácil; pararlo una vez que se lanza es imposible. ¿Quién ganaría? Solo sé quién perdería: una vez más, el ciudadano de a pie.
Podíamos hablar del dinero que reciben los partidos y los sindicatos en subvenciones. Seguro que se nos ponen los pelos como escarpias. Podríamos sacar a colación sueldos y prebendas de todos los políticos, una vez más, y seguro que flipamos. Pagar impuestos es un deber social ineludible para todos (sindicatos, partidos…) y todas (fundaciones, iglesias, ONG, federaciones…).
Según Aristóteles la justicia distributiva o equidad consiste en dar a cada uno lo suyo, en repartir las cargas y los beneficios sociales para lograr el bien común. Esta misión corresponde al Estado. Sólo añadir una muletilla: pretendamos de los demás lo que ya cumplimos nosotros –los mismos derechos, las mismas obligaciones-.
El Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) lo debe satisfacer todo aquel que sea propietario, particular o público. Entramos en aguas borrascosas pero la Ley debe ser igual para todos. Según la prensa, el 80 por ciento de los españoles opina que este impuesto lo deben pagar todos. ¡Justicia quiero pero por mi casa no!
¿Deben las instituciones religiosas –Iglesia Católica, otras iglesias como la Evangélica, Testigos de Jehová, comunidad judía o musulmana y hasta los mormones, que también existen en nuestro suelo- cumplir con el IBI? Deberían ser los primeros en dar ejemplo.
¿Deben los partidos políticos –PP, PSOE, IU, CIU, Bloque de lo que sea…, Coalición de tal o cual color…, Verdes, Amarillos- ingresar el IBI? Por supuesto que sí y hasta los creeríamos más. En honor a la verdad, por los datos aparecidos en prensa, el PSOE pagó el IBI de Ferraz en 2011. En Córdoba también. ¿Solos? ¡Pues que cunda el ejemplo!
Las fundaciones todas –privadas, públicas, semipúblicas, bancarias, de cajas de ahorros, pertenecientes a los partidos políticos, a los sindicatos, a las iglesias y a alguna entidad más que posiblemente se me esté olvidando- ¿deben satisfacer este tipo de impuesto? ¡Como mandan los cánones!
Las ONG, supuestamente todas ellas sin ánimo de lucro, sean de quien sean; la SGAE, sí, la misma que cobra por poner música en los colegios, en los actos benéficos o en una peluquería; los museos; los colegios; las Administraciones públicas; la Universidad y sus diversas sedes; los edificios catalogados como Bien de Interés Cultural (BIC), también deben ingresar dicho impuesto.
Los sindicatos también deben apechar: UGT, CC.OO, USO, CESIF, ANPE, SAT, COS, Unió de Pagesos... Estos son los que más suenan, pero hay muchos más sindicatos. En las listas que he consultado reseñan una treintena. Que ya apecha alguno… ¡Felicidades!
Y voy un poco más lejos con todos ellos. Algunos tienen una magnífica y soberbia sede con bastantes metros cuadrados. Metros y ubicación pagan más. Tengo entendido que, en algunos casos, ocupan edificios públicos por los que no abonan alquiler, luz, agua, etc.... ¡Pues aportando, que es gerundio!
Las federaciones deportivas –Federación Española de Futbol, de Baloncesto, de…, de… y tantas otras existentes, que son muchas en este país- deben satisfacer el IBI. Con los clubes de futbol voy algo más lejos, en este caso también. Deben saldar las cuotas que adeudan a Hacienda. ¡Ya, no dentro de diez años! Si tienen dinero para cerrar fichajes millonarios deben tenerlo para pagar al fisco.
¿Las empresas públicas o semipúblicas asociadas a tal o cual partido político, sindicato, Autonomía? También deben aportar su correspondiente granito de arena en calidad de tributo. La crisis la sufrimos todos y la debemos pagar entre todos y no solo los parados y el pueblo llano en general. Lamentablemente, las consecuencias de esta situación la soportan los ciudadanos con menos posibilidades.
¿Contribuyen a las arcas públicas Cruz Roja, ONCE, consulados, embajadas, terrenos de Renfe, por ejemplo y posiblemente otros más que se me olvidan? No lo sé. Si apretamos el cinturón a uno o varios sectores, debemos apretarlo a todos por igual. Caso contrario, se rompe la baraja porque el juego tiene trampa.
Estar exentos de abonar determinado tipo de tributos es un privilegio del que gozan más entidades de las que nos podemos imaginar. Por tanto, no seamos fariseos, cascarrabias o agitadores. Seamos transparentes, justos y claros en los mensajes que vamos a transmitir al sufrido pueblo y pidamos justicia tributaria, empezando por la propia casa.
Vamos, que creíamos que la vaca había perdido la leche y resulta que los vaqueros no la están ordeñando debidamente y solo obtienen beneficio para uso propio. Pues a escotar todos, que hay que sacar dinero de debajo de las piedras.
Los humildes ciudadanos, que en épocas algo mejores pudieron comprar un piso de pocos y menos metros cuadrados, también pechan con el IBI, aunque estén parados y al límite de sus posibilidades económicas. ¿Son menos que los nombrados anteriormente?
En este caso, paganos debemos ser todos los que seamos propietarios físicos de un piso, casa, aparcamiento y todo lo que entre en el concepto IBI, que por no ser entendido en la materia puede que se me esté olvidando algún dato y hasta meta la pata pasándome de listo si reflejo alguno que no corresponde.
No estoy adscrito a ninguna iglesia y, por tanto, no defiendo a grupo religioso alguno. Intencionadamente se está haciendo una “sonora cacerolada” contra la Iglesia Católica porque no abona el IBI, pues ¡que lo pague! Pero las demás entidades religiosas, civiles, militares, sindicales, deportivas, etc., etc., etc., sean del color que sean, también deben ingresarlo ¡O todos moros o todos cristianos!
Señores políticos, España es un país con un alto sentir anticlerical que viene de antaño. De un tiempo a esta parte se está escorando el barco intencionadamente. ¿Cortina de humo para ocultar descalabros internos? Alimentar el anticlericalismo es tan arriesgado como fomentar cualquier otro “-ismo” exclusivista. ¿Volveremos a repetir la historia?
Están dando carnaza al personal para que se rebote. Miremos un poco para atrás, a la historia casi reciente y seamos capaces de reflexionar. Incitar al pueblo es fácil; pararlo una vez que se lanza es imposible. ¿Quién ganaría? Solo sé quién perdería: una vez más, el ciudadano de a pie.
Podíamos hablar del dinero que reciben los partidos y los sindicatos en subvenciones. Seguro que se nos ponen los pelos como escarpias. Podríamos sacar a colación sueldos y prebendas de todos los políticos, una vez más, y seguro que flipamos. Pagar impuestos es un deber social ineludible para todos (sindicatos, partidos…) y todas (fundaciones, iglesias, ONG, federaciones…).
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PEPE CANTILLO