Montilla Digital se hace eco en su Buzón del Lector de una carta abierta de la joven cordobesa María José Romero Aceituno, secretaria general de la Coordinadora de Representantes de Estudiantes de Universidades Públicas, que en el día de ayer protagonizó, junto a otros cuatro representantes estudiantiles, una polémica portada en el diario La Razón. Si desea participar en esta sección, puede enviar un correo electrónico a nuestra dirección montilladigital@gmail.com exponiendo su queja, comentario o sugerencia. Si lo desea, puede acompañarla también de alguna fotografía.
Ser secretaria general de la Coordinadora de Representantes de Estudiantes de Universidades Públicas (CREUP) supone haber sido elegida por 23 máximos órganos de representación estudiantil, legislados en los estatutos de cada Universidad y elegidos, a su vez, por los estudiantes de cada una de las universidades públicas de manera libre e independiente.
A día de hoy, CREUP representa a más de 800.000 estudiantes, lleva más de una década defendiendo fehacientemente la educación pública y es la única asociación estatal miembro de la Unión Europea de Estudiantes (European Students Union).
Ser vicepresidenta segunda del Consejo de Estudiantes Universitario del Estado –órgano presidido por el ministro de Educación, Cultura y Deportes, José Ignacio Wert- supone haber sido elegida por los máximos representantes de todas las universidades de España, tanto públicas como privadas, en virtud de lo establecido en el Artículo 40.f del Real Decreto 1791/2010 que recoge el Estatuto del Estudiante.
Después de cinco días escuchando y leyendo todo tipo de acusaciones, tergiversaciones, mentiras, juicios de valor y todo tipo de afirmaciones encaminadas a minusvalorar, desprestigiar y hundir, tanto a mí personalmente como a la organización de la cual he estado al frente durante dos años, yo también tengo algo que decir.
Completamente consciente de que mis líneas llegarán a muchas menos personas que las publicadas por ciertos medios de comunicación empeñados en difamar y empañar la labor de los representantes de estudiantes, nadie me quita que, aún sintiéndome pequeña ante todo esto, lance esta defensa en mi nombre, en el de CREUP y en el de todo el que no esté de acuerdo con las medidas del Decreto-Ley que cambiará el concepto de “Educación Pública” en España.
Los artículos publicados por ciertos medios en los últimos días exponiendo, orgullosos, la filtración de un mail privado e interno escrito por mí y dirigido a los miembros de CREUP, en el que han extraído y descontextualizado el contenido, intencionadamente, deformando el fondo de mis palabras para evidenciarme como una “joven guerrillera, incendiaria, de la izquierda radical”, sinceramente, me han causado casi todas las sensaciones y sentimientos posibles.
Desde la más absoluta indefensión y pena, pasando por la rabia, la incomprensión y la risa nerviosa de quien no se puede creer lo que lee, hasta el más absoluto de los orgullos, en el mejor sentido de la palabra, por saber que no es verdad lo que dicen y que todo aquel que me conoce lo sabe.
Orgullosa por saber que me atacan por defender la universidad pública con todas mis fuerzas; orgullosa por levantarme de una reunión con el ministro, meramente informativa y, a posteriori, tras valorar la situación, explicar muy educadamente que “desde el momento en que los medios de comunicación nos escuchan más que el propio Ministerio, me voy a atenderlos porque me están esperando”.
En dos años al frente de la representación estudiantil a nivel estatal, he negociado, dialogado y debatido con partidos políticos, Gobierno, ministros, rectores, Consejos Sociales, Antiguos Alumnos, Fundaciones Universidad-Empresa, sindicatos de profesores y un largo etcétera de personas y organizaciones que juegan en la Champions League y marcan las directrices de la política universitaria de este país.
A pesar del tono reivindicativo de muchas de las reuniones mantenidas, nunca se me ha acusado de ser "incendiaria" o "subversiva" porque, en realidad, nunca lo he sido.
CREUP mantiene todo tipo de contactos institucionales, muchos de ellos materializados en forma de convenio con la CRUE, la Federación de Asociaciones de Antiguos Alumnos, la Red de Fundaciones Universidad-empresa, ANECA y muchas más entidades que no se relacionarían con una “asociación de estudiantes radicales” como nos han tachado algunos medios.
¿Me habéis considerado alguna vez una “guerrillera incendiaria”? Yo creo que no. Tras una larga trayectoria, puedo decir que la intransigencia y el empecinamiento no han sido nunca mi bandera y que siempre he llegado hasta el final en la búsqueda de verdades y puntos comunes en las que la mayoría nos sintiéramos cómodos.
¿Y por qué ahora ciertos medios me atacan así? Muy fácil. Lo explico porque lo tengo clarísimo: el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes saca un Decreto-Ley de manera completamente unilateral en el que, entre otras medidas, estipula una subida de precios públicos bestial que supondrá duplicar –e incluso triplicar- el precio de las matrículas de los estudiantes.
Para respaldar la necesidad de esta y otras medidas que aparecen en el Decreto, llevamos meses escuchando a los responsables del citado Ministerio desprestigiando por doquier a la Universidad Pública: "los profesores son unos vagos"; "los estudiantes unos irresponsables"; "los gestores no son ni transparentes ni eficaces"...
Ahora llega el momento de movilizarse porque todo aquel que lee y comprende lo que significan las medidas y la gravedad de la forma y el fondo de las mismas, siente la necesidad de hacer lo posible para que no se lleven a cabo.
En este caso, toda la comunidad universitaria estará unida en contra de un Ministerio, independientemente de la ideología política, porque las medidas son improvisadas, desproporcionadas, equivocadas e ineficaces.
El Gobierno pretende hacer ver que todo el que esté en contra es "de izquierdas", "incendiario" o "radical". ¡¡Pues no señor!! ¡¡No lo somos!! Somos ciudadanos de todo el país, de todas las edades y de todos los colores que queremos que la educación siga siendo pública y de calidad.
Queremos una reflexión y una reforma profunda del Sistema Universitario que venga del análisis más profundo y serio que se pueda tener y queremos todo esto porque si jugamos con la educación, nos jugamos nuestro futuro. Y no, no quieren ustedes a España más que yo.
Postdata: Pueden seguir sacando de mi vida hasta donde les llegue la imaginación, pero no me pienso callar. Si alguien quisiera más información o mi versión de cualquier hecho acontecido o publicado, estaré encantada de explicarlo y agradeceré enormemente la oportunidad de hacerlo.
Ser secretaria general de la Coordinadora de Representantes de Estudiantes de Universidades Públicas (CREUP) supone haber sido elegida por 23 máximos órganos de representación estudiantil, legislados en los estatutos de cada Universidad y elegidos, a su vez, por los estudiantes de cada una de las universidades públicas de manera libre e independiente.
A día de hoy, CREUP representa a más de 800.000 estudiantes, lleva más de una década defendiendo fehacientemente la educación pública y es la única asociación estatal miembro de la Unión Europea de Estudiantes (European Students Union).
Ser vicepresidenta segunda del Consejo de Estudiantes Universitario del Estado –órgano presidido por el ministro de Educación, Cultura y Deportes, José Ignacio Wert- supone haber sido elegida por los máximos representantes de todas las universidades de España, tanto públicas como privadas, en virtud de lo establecido en el Artículo 40.f del Real Decreto 1791/2010 que recoge el Estatuto del Estudiante.
Después de cinco días escuchando y leyendo todo tipo de acusaciones, tergiversaciones, mentiras, juicios de valor y todo tipo de afirmaciones encaminadas a minusvalorar, desprestigiar y hundir, tanto a mí personalmente como a la organización de la cual he estado al frente durante dos años, yo también tengo algo que decir.
Completamente consciente de que mis líneas llegarán a muchas menos personas que las publicadas por ciertos medios de comunicación empeñados en difamar y empañar la labor de los representantes de estudiantes, nadie me quita que, aún sintiéndome pequeña ante todo esto, lance esta defensa en mi nombre, en el de CREUP y en el de todo el que no esté de acuerdo con las medidas del Decreto-Ley que cambiará el concepto de “Educación Pública” en España.
Los artículos publicados por ciertos medios en los últimos días exponiendo, orgullosos, la filtración de un mail privado e interno escrito por mí y dirigido a los miembros de CREUP, en el que han extraído y descontextualizado el contenido, intencionadamente, deformando el fondo de mis palabras para evidenciarme como una “joven guerrillera, incendiaria, de la izquierda radical”, sinceramente, me han causado casi todas las sensaciones y sentimientos posibles.
Desde la más absoluta indefensión y pena, pasando por la rabia, la incomprensión y la risa nerviosa de quien no se puede creer lo que lee, hasta el más absoluto de los orgullos, en el mejor sentido de la palabra, por saber que no es verdad lo que dicen y que todo aquel que me conoce lo sabe.
Orgullosa por saber que me atacan por defender la universidad pública con todas mis fuerzas; orgullosa por levantarme de una reunión con el ministro, meramente informativa y, a posteriori, tras valorar la situación, explicar muy educadamente que “desde el momento en que los medios de comunicación nos escuchan más que el propio Ministerio, me voy a atenderlos porque me están esperando”.
En dos años al frente de la representación estudiantil a nivel estatal, he negociado, dialogado y debatido con partidos políticos, Gobierno, ministros, rectores, Consejos Sociales, Antiguos Alumnos, Fundaciones Universidad-Empresa, sindicatos de profesores y un largo etcétera de personas y organizaciones que juegan en la Champions League y marcan las directrices de la política universitaria de este país.
A pesar del tono reivindicativo de muchas de las reuniones mantenidas, nunca se me ha acusado de ser "incendiaria" o "subversiva" porque, en realidad, nunca lo he sido.
CREUP mantiene todo tipo de contactos institucionales, muchos de ellos materializados en forma de convenio con la CRUE, la Federación de Asociaciones de Antiguos Alumnos, la Red de Fundaciones Universidad-empresa, ANECA y muchas más entidades que no se relacionarían con una “asociación de estudiantes radicales” como nos han tachado algunos medios.
¿Me habéis considerado alguna vez una “guerrillera incendiaria”? Yo creo que no. Tras una larga trayectoria, puedo decir que la intransigencia y el empecinamiento no han sido nunca mi bandera y que siempre he llegado hasta el final en la búsqueda de verdades y puntos comunes en las que la mayoría nos sintiéramos cómodos.
¿Y por qué ahora ciertos medios me atacan así? Muy fácil. Lo explico porque lo tengo clarísimo: el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes saca un Decreto-Ley de manera completamente unilateral en el que, entre otras medidas, estipula una subida de precios públicos bestial que supondrá duplicar –e incluso triplicar- el precio de las matrículas de los estudiantes.
Para respaldar la necesidad de esta y otras medidas que aparecen en el Decreto, llevamos meses escuchando a los responsables del citado Ministerio desprestigiando por doquier a la Universidad Pública: "los profesores son unos vagos"; "los estudiantes unos irresponsables"; "los gestores no son ni transparentes ni eficaces"...
Ahora llega el momento de movilizarse porque todo aquel que lee y comprende lo que significan las medidas y la gravedad de la forma y el fondo de las mismas, siente la necesidad de hacer lo posible para que no se lleven a cabo.
En este caso, toda la comunidad universitaria estará unida en contra de un Ministerio, independientemente de la ideología política, porque las medidas son improvisadas, desproporcionadas, equivocadas e ineficaces.
El Gobierno pretende hacer ver que todo el que esté en contra es "de izquierdas", "incendiario" o "radical". ¡¡Pues no señor!! ¡¡No lo somos!! Somos ciudadanos de todo el país, de todas las edades y de todos los colores que queremos que la educación siga siendo pública y de calidad.
Queremos una reflexión y una reforma profunda del Sistema Universitario que venga del análisis más profundo y serio que se pueda tener y queremos todo esto porque si jugamos con la educación, nos jugamos nuestro futuro. Y no, no quieren ustedes a España más que yo.
Postdata: Pueden seguir sacando de mi vida hasta donde les llegue la imaginación, pero no me pienso callar. Si alguien quisiera más información o mi versión de cualquier hecho acontecido o publicado, estaré encantada de explicarlo y agradeceré enormemente la oportunidad de hacerlo.
MARÍA JOSÉ ROMERO ACEITUNO