Montilla Digital se hace eco en su Buzón del Lector de una queja remitida por una lectora sobre los criterios de selección que utiliza el Servicio de Andaluz de Empleo (SAE) para escoger al alumnado de sus cursos de Formación y de los talleres de Empleo. Si desea participar en esta sección, puede enviar un correo electrónico exponiendo su queja, comentario, sugerencia o relato. Si quiere, puede acompañar su mensaje de alguna fotografía.
Hoy me gustaría hacer mención a ciertas injusticias que estoy observando cuando personas de mi entorno intentan acceder a cursos de formación para desempleados que tienen como principal emisora a la Junta de Andalucía y, en su defecto, al Servicio Andaluz de Empleo (SAE).
Es importante diferenciar entre las personas que acceden a estos cursos porque en estos tiempos de crisis hay que hacer algo para “matar” el tiempo, y aquellas personas que de verdad desean formarse porque piensan –y están acertando- que el conocimiento es muy importante para avanzar en una sociedad que cambia por segundos.
Dentro de estos dos grupos, encontramos personas que no han querido estudiar por cualquier motivo, pero también hay otras que no pudieron terminar sus estudios por distintas circunstancias personales o familiares, y ahora, en estos tiempos desesperados, deciden volver la vista al ámbito educativo para lograr un mejor nivel de vida.
Pues bien, lo correcto sería que estas personas tuvieran la oportunidad de formarse y poder acceder a distintos cursos gratuitos (puesto que, debido a su situación personal como desempleados, en muchos casos de larga duración, su situación económica les permite sólo pagar y pagar recibos). Y he dicho "lo correcto" porque, en realidad, no es así.
A día de hoy, y a pesar de los muchos anuncios y discursos que desde el Gobierno y desde la Junta escuchamos acerca de la importancia de mejorar nuestra formación y de la gran oferta formativa que nos brindan, hay muchas personas que no pueden acceder a la misma.
Y os preguntaréis por qué, supongo. Pues bien, resulta que, ahora, a los “mandamases” de la Junta no les interesa que las personas con Graduado Escolar se formen, puesto que, según dicen ellos, si no se formaron en su momento por algo sería…
¿Estoy leyendo bien? Sí señor: ahora, para poder acceder a un curso de FPO, uno de los requisitos mínimos es poseer un título de FP1, porque los cursos no son ya para formarse, sino para especializarse. Es decir, que ahora los señores de la Junta ya no están ofreciendo formación a las personas que no tienen nada, sino que están especializando a los que ya tienen títulos. Y mi pregunta es: ¿dónde queda ese gran número de personas que no pudieron estudiar y que ahora quieren hacerlo? ¿En qué saco piensan meterlos?
Ahora no solo tienen que vivir con el lastre de no encontrar trabajo en esta sociedad hundida y maltrecha, sino que, además, no tienen acceso a esa formación que garantizaría que su futuro pudiera ser mejor. ¿Qué harán cuando salgamos de la crisis y todas esas fieras con sus currículum de tres páginas de largo acaparen todos los puestos? ¿Acaso no les vamos a dar la oportunidad de rellenar el suyo?
Porque muchas de estas personas no solo tienen el impedimento de la formación: también tienen límites por su edad. Hay mujeres y hombres que han estudiado lo que han podido y cuando han podido, y ahora se encuentran con solo un Graduado Escolar obsoleto (que, por otro lado, puedo asegurar que vale mucho más que los títulos de ESO que tan alegramente se dispensan hoy en día como barras de pan) y sin empleo.
Sin una oportunidad de formarse y mejorar su currículum, cuando salgamos de la crisis se encontrarán con que los empresarios contratan a jóvenes para obtener subvenciones (en todos los puestos de trabajo solicitan la ESO) y, además, no poseerán ninguna formación adecuada a los puestos de empleo, con lo que serán descartados y enviados a la papelera sin más esfuerzo que un simple clic.
Por otro lado, también me gustaría hacer una breve mención a algo que siempre me dice una persona muy cercana a mí. ¿Por qué no es también importante a la hora de hacer un curso o encontrar un empleo las ganas de trabajar y de aprender?
Quizás si desde la Junta dejaran de pedir tantos “papelitos” y comenzaran a fijarse más en las personas que realizan sus cursos y talleres de Empleo, la formación que se está dando tendría mayores frutos. A veces se nos olvida que estos cursos y talleres de formación son eso, formación para un empleo y un futuro mejor, y no en lo que se han convertido: una forma de adelgazar las listas del paro y engordar los bolsillos de unos cuantos afortunados durante 12 meses.
El problema es que desde los altos mandos no se detienen a observar a las personas. Éstas suelen ser códigos de barras que van pasando sobre una cinta transportadora mientras una persona -o, quizás, una máquina- va decidiendo sobre tu futuro sin que tengas siquiera la oportunidad de hablar. Tenemos que dejar que hablen.
Basta ya de etiquetar a las personas, empaquetarlas, y meterlas en sobres de los que no van a poder salir nunca: lo que tenemos que hacer es ofrecer a todos y todas la oportunidad de mejorar, formarse, buscarse un hueco en la sociedad...
Porque la sociedad está compuesta de personas, y si dejamos que se marchiten sin regarlas, siempre habrá un lado del mundo que no pueda salir de la tierra y abrir sus brazos a un nuevo futuro.
No sé si servirá de algo pero espero que desde la Junta de Andalucía se lo piensen mejor y decidan ampliar sus "requisitos" y permitir que todas las personas tengan la oportunidad de formarse. Ojalá todos y todas fuéramos capaces de expresar lo que pensamos y luchar por conseguir un mundo mejor.
Hoy me gustaría hacer mención a ciertas injusticias que estoy observando cuando personas de mi entorno intentan acceder a cursos de formación para desempleados que tienen como principal emisora a la Junta de Andalucía y, en su defecto, al Servicio Andaluz de Empleo (SAE).
Es importante diferenciar entre las personas que acceden a estos cursos porque en estos tiempos de crisis hay que hacer algo para “matar” el tiempo, y aquellas personas que de verdad desean formarse porque piensan –y están acertando- que el conocimiento es muy importante para avanzar en una sociedad que cambia por segundos.
Dentro de estos dos grupos, encontramos personas que no han querido estudiar por cualquier motivo, pero también hay otras que no pudieron terminar sus estudios por distintas circunstancias personales o familiares, y ahora, en estos tiempos desesperados, deciden volver la vista al ámbito educativo para lograr un mejor nivel de vida.
Pues bien, lo correcto sería que estas personas tuvieran la oportunidad de formarse y poder acceder a distintos cursos gratuitos (puesto que, debido a su situación personal como desempleados, en muchos casos de larga duración, su situación económica les permite sólo pagar y pagar recibos). Y he dicho "lo correcto" porque, en realidad, no es así.
A día de hoy, y a pesar de los muchos anuncios y discursos que desde el Gobierno y desde la Junta escuchamos acerca de la importancia de mejorar nuestra formación y de la gran oferta formativa que nos brindan, hay muchas personas que no pueden acceder a la misma.
Y os preguntaréis por qué, supongo. Pues bien, resulta que, ahora, a los “mandamases” de la Junta no les interesa que las personas con Graduado Escolar se formen, puesto que, según dicen ellos, si no se formaron en su momento por algo sería…
¿Estoy leyendo bien? Sí señor: ahora, para poder acceder a un curso de FPO, uno de los requisitos mínimos es poseer un título de FP1, porque los cursos no son ya para formarse, sino para especializarse. Es decir, que ahora los señores de la Junta ya no están ofreciendo formación a las personas que no tienen nada, sino que están especializando a los que ya tienen títulos. Y mi pregunta es: ¿dónde queda ese gran número de personas que no pudieron estudiar y que ahora quieren hacerlo? ¿En qué saco piensan meterlos?
Ahora no solo tienen que vivir con el lastre de no encontrar trabajo en esta sociedad hundida y maltrecha, sino que, además, no tienen acceso a esa formación que garantizaría que su futuro pudiera ser mejor. ¿Qué harán cuando salgamos de la crisis y todas esas fieras con sus currículum de tres páginas de largo acaparen todos los puestos? ¿Acaso no les vamos a dar la oportunidad de rellenar el suyo?
Porque muchas de estas personas no solo tienen el impedimento de la formación: también tienen límites por su edad. Hay mujeres y hombres que han estudiado lo que han podido y cuando han podido, y ahora se encuentran con solo un Graduado Escolar obsoleto (que, por otro lado, puedo asegurar que vale mucho más que los títulos de ESO que tan alegramente se dispensan hoy en día como barras de pan) y sin empleo.
Sin una oportunidad de formarse y mejorar su currículum, cuando salgamos de la crisis se encontrarán con que los empresarios contratan a jóvenes para obtener subvenciones (en todos los puestos de trabajo solicitan la ESO) y, además, no poseerán ninguna formación adecuada a los puestos de empleo, con lo que serán descartados y enviados a la papelera sin más esfuerzo que un simple clic.
Por otro lado, también me gustaría hacer una breve mención a algo que siempre me dice una persona muy cercana a mí. ¿Por qué no es también importante a la hora de hacer un curso o encontrar un empleo las ganas de trabajar y de aprender?
Quizás si desde la Junta dejaran de pedir tantos “papelitos” y comenzaran a fijarse más en las personas que realizan sus cursos y talleres de Empleo, la formación que se está dando tendría mayores frutos. A veces se nos olvida que estos cursos y talleres de formación son eso, formación para un empleo y un futuro mejor, y no en lo que se han convertido: una forma de adelgazar las listas del paro y engordar los bolsillos de unos cuantos afortunados durante 12 meses.
El problema es que desde los altos mandos no se detienen a observar a las personas. Éstas suelen ser códigos de barras que van pasando sobre una cinta transportadora mientras una persona -o, quizás, una máquina- va decidiendo sobre tu futuro sin que tengas siquiera la oportunidad de hablar. Tenemos que dejar que hablen.
Basta ya de etiquetar a las personas, empaquetarlas, y meterlas en sobres de los que no van a poder salir nunca: lo que tenemos que hacer es ofrecer a todos y todas la oportunidad de mejorar, formarse, buscarse un hueco en la sociedad...
Porque la sociedad está compuesta de personas, y si dejamos que se marchiten sin regarlas, siempre habrá un lado del mundo que no pueda salir de la tierra y abrir sus brazos a un nuevo futuro.
No sé si servirá de algo pero espero que desde la Junta de Andalucía se lo piensen mejor y decidan ampliar sus "requisitos" y permitir que todas las personas tengan la oportunidad de formarse. Ojalá todos y todas fuéramos capaces de expresar lo que pensamos y luchar por conseguir un mundo mejor.
MARÍA DEL CARMEN LÓPEZ REY