Corre por Internet una presentación PowerPoint con los magníficos proyectos, hechos realidad casi todos ellos, que nos han legado unos políticos con la intención de que se les recuerde ad aeternitatem. La soberbia humana no tiene límite. La idea es de ellos y de sus consejeros, asesores o como queramos llamarles. El dinero es nuestro y, por ello, estamos de capa caída y para mucho tiempo.
En los años de bonanza económica cualquier autonomía, ciudad o pueblo que se preciara un poco saltó a la fama, al menos entre los vecinos más próximos, por la construcción de un edificio emblemático diseñado por un emblemático arquitecto de fama mundial, a ser posible. Museos, centros culturales, palacios de congresos, suntuosos polideportivos y muchos aeropuertos. ¡Y todos tan felices!
Como dato curioso, las Administraciones autonómicas dan/daban sustanciosas ayudas a las compañías de bajo coste para que siguieran usando tal o cual aeropuerto. Es decir lo que no cobraban a los usuarios era aportado por la Administración. ¿Negocio redondo? ¡Mentira podrida! Era la gran oportunidad para viajar y en compañías de bajo coste, aunque luego te cobraran por respirar o te robaran por un botellín de agua. ¿Y lo “guay” que es decir que voy al aeropuerto de mi pueblo…?
Resulta curioso ver en un mapa de la península los distintos aeropuertos y los kilómetros entre unos y otros. Es una sugerencia para los que quieran entretenerse un ratito y sacar conclusiones. De paso, hasta aprenderemos geografía.
Otro de los graves problemas es la cercanía que puede existir de un aeropuerto a otro. En una distancia de 73 a 116 kilómetros están situados los aeropuertos de Bilbao, Pamplona, San Sebastián, Vitoria, Burgos y Logroño. Hablamos de un recorrido por carretera de 45 a 70 minutos en el que se sitúan seis. Somos el país de Europa con más aeropuertos.
Como ejemplo puedo decir que Roma dista de Fiumicino 39 kilómetros (45 minutos); Múnich lo tiene a 40 kilómetros (30 minutos), recorridos que no me los tienen que contar. Las ciudades próximas no tienen otro aeropuerto. Hay más ejemplos que se deben tener en cuenta.
Museos, ciudades de todo tipo, centros culturales, macroproyectos... y aeropuertos. No importaba que la ciudad en cuestión distara unos cien kilómetros de otro aeródromo -o cinco, como Vitoria- o que no tuviera tamaño, población, ni visitantes potenciales suficientes para ocuparlo como el de Ciudad Real.
Había que tener aeropuerto, pese a los elevados costes que supone una infraestructura de estas características. A este desbarajuste han contribuido las compañías de bajo coste, que permitían ir desde mi ciudad a destinos impensables antes, sólo conseguibles desde los grandes aeropuertos.
Remato el trabajo de hoy con las rocambolescas joyas de la corona que hasta no hace mucho tiempo ha permitido el derroche y la soberbia de ser más que nadie. Son solo once las perlas cultivadas que ofrezco a continuación. No tienen color político o es mejor no dárselo. Sí poseen una sobredosis de estupidez humana.
1) El aeropuerto de Castellón-Costa Azahar ha costado más de 150 millones de euros y está cerrado al igual que otros tantos. Los de León, Badajoz o Navarra realizan costosas ampliaciones que no eran necesarias, por el bajo número de pasajeros y la amenaza de cierre. El de Badajoz ya está “caput”.
2) El revestimiento de la cúpula de la Sala de los Derechos Humanos y de la Alianza de Civilizaciones, en la sede de la ONU en Ginebra y realizada por Barceló, costó al erario sobre 20 millones de euros. Fue construida para darle énfasis al proyecto de la Alianza de Civilizaciones y para satisfacer el ego patrio.
3) La ciudad del Circo de Alcorcón presupuestada en 120 millones y con un sobrecoste del 40 por ciento ha llevado a la ruina a su Ayuntamiento. Este proyecto incluía una escuela de circo, una carpa y cuadras para animales.
4) La construcción de la línea nueve del Metro de Barcelona, iniciada en 2003 por valor de 2.600 millones, está por terminar y su coste asciende a 16.000 millones de euros. Falta hacer 40 nuevas estaciones del total de las planificadas.
5) La Ciudad de la Cultura de Galicia, situada en Santiago de Compostela, pretendido referente cultural gallego, costó 400 millones y su mantenimiento anual es de 1,5 millones. Solamente está abierto al público un tercio de su espacio total.
6) Las setas de La Encarnación de Sevilla partieron de un presupuesto de 50 millones. Estos espectaculares parasoles fueron inaugurados en marzo de 2011, con un retraso de cuatro años y un sobrecoste del setenta por ciento sobre lo presupuestado.
7) El tranvía de Jaén, obra faraónica puesta en marcha en 2007, partió de un presupuesto de más de 120 millones. Está terminado y parado por problemillas de inauguración indebida según una denuncia de una empresa de autobuses. La denuncia era muy interesada. Un juez suspendió, en plena campaña electoral, la gratuidad de los viajes en periodo de pruebas. El tranvía se había convertido en tenso elemento de confrontación política. Y ahí está, parado.
8) El estadio olímpico de Madrid, La Peineta, inaugurado en 1994, costó 45 millones y está abandonado. Retomar las obras en 2009 podría ascender a 250 millones. La Peineta, a estas alturas, sigue vacía. Un esperpento constructivo más… Parece ser que el estadio pudiera ser habilitado si Madrid es ciudad olímpica. ¿De cuántos euros más hablamos?
9) El hospital Universitario Central de Asturias: de 205 millones se ha disparado a 1.700. Cuando esté finalizado dicho centro hospitalario sustituirá al Hospital Universitario que cuenta con más camas que el nuevo. ¡Organización!
10) El flamante puerto deportivo de Laredo, en Cantabria, sin barcos que atracar, costó 90 millones. Fue inaugurado en marzo de 2011 por el presidente Revilla. La propia Consejería asume que esta obra supone un grave impacto paisajístico pero... ¡hay que construirlo!
11) Y el broche final lo pone el puerto exterior de A Coruña, que empezó a construirse en 2005, a 10 kilómetros del que ya existe y que supera los 1.000 millones de euros. Había en proyecto una soberbia construcción de magníficos bloques con magníficas vistas que la puta crisis abortó. Dicho puerto es la ilusión “ad maiorem gloriam et honorem” del antiguo alcalde, don Francisco Vázquez. ¡Cuánto poder tiene la fatua egolatría!
Como broche final aparece la quiebra de Spanair que ha dejado un reguero de personas en tierra, pasajeros y empleados. Una de las razones del cierre reside en que el “Govern” dejó de aportar dinero público a la aerolínea. Y mientras los directivos cobraban sueldos millonarios, la aerolínea se iba a pique.
Hablamos de millones de euros en sueldos para un selecto grupo de directivos. ¿Empieza el declive de las gangas ofrecidas por líneas de bajo coste? Parece claro que las Administraciones no pueden seguir inyectándoles ayudas por mucho “amor patrio” que se quiera derrochar.
Enlaces de interés
En los años de bonanza económica cualquier autonomía, ciudad o pueblo que se preciara un poco saltó a la fama, al menos entre los vecinos más próximos, por la construcción de un edificio emblemático diseñado por un emblemático arquitecto de fama mundial, a ser posible. Museos, centros culturales, palacios de congresos, suntuosos polideportivos y muchos aeropuertos. ¡Y todos tan felices!
Como dato curioso, las Administraciones autonómicas dan/daban sustanciosas ayudas a las compañías de bajo coste para que siguieran usando tal o cual aeropuerto. Es decir lo que no cobraban a los usuarios era aportado por la Administración. ¿Negocio redondo? ¡Mentira podrida! Era la gran oportunidad para viajar y en compañías de bajo coste, aunque luego te cobraran por respirar o te robaran por un botellín de agua. ¿Y lo “guay” que es decir que voy al aeropuerto de mi pueblo…?
Resulta curioso ver en un mapa de la península los distintos aeropuertos y los kilómetros entre unos y otros. Es una sugerencia para los que quieran entretenerse un ratito y sacar conclusiones. De paso, hasta aprenderemos geografía.
Otro de los graves problemas es la cercanía que puede existir de un aeropuerto a otro. En una distancia de 73 a 116 kilómetros están situados los aeropuertos de Bilbao, Pamplona, San Sebastián, Vitoria, Burgos y Logroño. Hablamos de un recorrido por carretera de 45 a 70 minutos en el que se sitúan seis. Somos el país de Europa con más aeropuertos.
Como ejemplo puedo decir que Roma dista de Fiumicino 39 kilómetros (45 minutos); Múnich lo tiene a 40 kilómetros (30 minutos), recorridos que no me los tienen que contar. Las ciudades próximas no tienen otro aeropuerto. Hay más ejemplos que se deben tener en cuenta.
Museos, ciudades de todo tipo, centros culturales, macroproyectos... y aeropuertos. No importaba que la ciudad en cuestión distara unos cien kilómetros de otro aeródromo -o cinco, como Vitoria- o que no tuviera tamaño, población, ni visitantes potenciales suficientes para ocuparlo como el de Ciudad Real.
Había que tener aeropuerto, pese a los elevados costes que supone una infraestructura de estas características. A este desbarajuste han contribuido las compañías de bajo coste, que permitían ir desde mi ciudad a destinos impensables antes, sólo conseguibles desde los grandes aeropuertos.
Remato el trabajo de hoy con las rocambolescas joyas de la corona que hasta no hace mucho tiempo ha permitido el derroche y la soberbia de ser más que nadie. Son solo once las perlas cultivadas que ofrezco a continuación. No tienen color político o es mejor no dárselo. Sí poseen una sobredosis de estupidez humana.
1) El aeropuerto de Castellón-Costa Azahar ha costado más de 150 millones de euros y está cerrado al igual que otros tantos. Los de León, Badajoz o Navarra realizan costosas ampliaciones que no eran necesarias, por el bajo número de pasajeros y la amenaza de cierre. El de Badajoz ya está “caput”.
2) El revestimiento de la cúpula de la Sala de los Derechos Humanos y de la Alianza de Civilizaciones, en la sede de la ONU en Ginebra y realizada por Barceló, costó al erario sobre 20 millones de euros. Fue construida para darle énfasis al proyecto de la Alianza de Civilizaciones y para satisfacer el ego patrio.
3) La ciudad del Circo de Alcorcón presupuestada en 120 millones y con un sobrecoste del 40 por ciento ha llevado a la ruina a su Ayuntamiento. Este proyecto incluía una escuela de circo, una carpa y cuadras para animales.
4) La construcción de la línea nueve del Metro de Barcelona, iniciada en 2003 por valor de 2.600 millones, está por terminar y su coste asciende a 16.000 millones de euros. Falta hacer 40 nuevas estaciones del total de las planificadas.
5) La Ciudad de la Cultura de Galicia, situada en Santiago de Compostela, pretendido referente cultural gallego, costó 400 millones y su mantenimiento anual es de 1,5 millones. Solamente está abierto al público un tercio de su espacio total.
6) Las setas de La Encarnación de Sevilla partieron de un presupuesto de 50 millones. Estos espectaculares parasoles fueron inaugurados en marzo de 2011, con un retraso de cuatro años y un sobrecoste del setenta por ciento sobre lo presupuestado.
7) El tranvía de Jaén, obra faraónica puesta en marcha en 2007, partió de un presupuesto de más de 120 millones. Está terminado y parado por problemillas de inauguración indebida según una denuncia de una empresa de autobuses. La denuncia era muy interesada. Un juez suspendió, en plena campaña electoral, la gratuidad de los viajes en periodo de pruebas. El tranvía se había convertido en tenso elemento de confrontación política. Y ahí está, parado.
8) El estadio olímpico de Madrid, La Peineta, inaugurado en 1994, costó 45 millones y está abandonado. Retomar las obras en 2009 podría ascender a 250 millones. La Peineta, a estas alturas, sigue vacía. Un esperpento constructivo más… Parece ser que el estadio pudiera ser habilitado si Madrid es ciudad olímpica. ¿De cuántos euros más hablamos?
9) El hospital Universitario Central de Asturias: de 205 millones se ha disparado a 1.700. Cuando esté finalizado dicho centro hospitalario sustituirá al Hospital Universitario que cuenta con más camas que el nuevo. ¡Organización!
10) El flamante puerto deportivo de Laredo, en Cantabria, sin barcos que atracar, costó 90 millones. Fue inaugurado en marzo de 2011 por el presidente Revilla. La propia Consejería asume que esta obra supone un grave impacto paisajístico pero... ¡hay que construirlo!
11) Y el broche final lo pone el puerto exterior de A Coruña, que empezó a construirse en 2005, a 10 kilómetros del que ya existe y que supera los 1.000 millones de euros. Había en proyecto una soberbia construcción de magníficos bloques con magníficas vistas que la puta crisis abortó. Dicho puerto es la ilusión “ad maiorem gloriam et honorem” del antiguo alcalde, don Francisco Vázquez. ¡Cuánto poder tiene la fatua egolatría!
Como broche final aparece la quiebra de Spanair que ha dejado un reguero de personas en tierra, pasajeros y empleados. Una de las razones del cierre reside en que el “Govern” dejó de aportar dinero público a la aerolínea. Y mientras los directivos cobraban sueldos millonarios, la aerolínea se iba a pique.
Hablamos de millones de euros en sueldos para un selecto grupo de directivos. ¿Empieza el declive de las gangas ofrecidas por líneas de bajo coste? Parece claro que las Administraciones no pueden seguir inyectándoles ayudas por mucho “amor patrio” que se quiera derrochar.
Enlaces de interés
- Red de aeropuertos de España
- Sólo 11 aeropuertos españoles ganaron dinero en 2010
- Listado de aeropuertos del mundo
- Mas asegura que Qatar creía en El Prat pero le "daba miedo" Spanair
PEPE CANTILLO