El cierre de Megaupload abre de nuevo el debate sobre la protección de los derechos de autor. Sin embargo, son muchas las voces que afirman que el cierre no fue motivado por la protección de estos derechos, sino por un ajuste de cuentas y por los ingresos de las grandes distribuidoras, que son las que más han perdido con las denominadas "descargas ilegales".
Antes que nada, habría que plantear cuánto gana un artista, escritor o músico con sus creaciones. Desafortunadamente, es difícil encontrar datos actualizados sobre el reparto de las ganancias del disco o del DVD en España.
En Estados Unidos, según un estudio realizado en 2010 por The Nielsen Company, una empresa de información y medios a nivel global, el artista sólo recibía en este país el 13 por ciento de los beneficios. Después, con ese porcentaje, debía de pagar al manager y a las demás personas que trabajan para él o, recordemos, para ellos.
Los distribuidores se llevaban alrededor del 24 por ciento. Casi todo lo demás, era para las discográficas. Sin embargo, los grandes sellos cuentan con sus propias redes de distribución, por lo que algunas se pueden llevar incluso el 87 por ciento de lo que valía el CD. Los autores apenas reciben ganancias de la venta.
Pero el beneficio de las discográficas no queda ahí. También se benefician del merchandising y de los conciertos, que son los que cubren los gastos de grabación en la actualidad. Y también es en lo que el artista consigue más ganancias. Por tanto, se puede comprobar que la discográfica puede conseguir beneficios incluso sin la necesidad de vender los discos.
En cuanto al cine, el problema está en la distribución en un doble sentido: el mercado del DVD y demás soportes y el de las salas de cine. Según datos de la Sociedad General de Autores Españoles (SGAE), los datos de enero a junio de 2010, frente al mismo periodo de 2009, "reflejan que la exhibición cinematográfica experimenta una mejoría en la recaudación de taquilla del 6,1 por ciento, a pesar del descenso en el número de espectadores del 4,1 por ciento, lo que significa que la aparente recuperación del sector proviene de un incremento en el precio de las entradas cercano al 11 por ciento y de unas exhibiciones más caras, como las 3D".
Si el precio es mayor, es lógico que el número de espectadores sea cada vez menor, especialmente si uno de los colectivos que más van al cine son los que se encuentran en la franja de edad que va de los 13-17 años. ¿Qué beneficios hay aquí para los autores?
El DVD y demás soportes son, probablemente, los más perjudicados de todos. Sin embargo, hay que pensar que son formatos, ni más ni menos, y que del mismo modo que el DVD jubiló al VHS, también Internet lo hará con estos formatos.
¿Cuál es la principal fuente de ingresos? El merchandising. Tal vez sea necesario un replanteamiento del modelo de cines. Cada vez hay más voces que claman por unos precios populares que masifiquen los cines, alcanzando los mismos beneficios que con el precio anterior y dando la posibilidad de que los espectadores repitan en un mismo día o una misma semana, lo que dejaría más beneficios.
De las productoras de series se podría decir lo mismo que con respecto a la venta de CD. Un ejemplo es la serie The Big Bang Theory. Empezó siendo una serie de bajo coste y acabó ganando fama a través de Internet. Las ventas de merchandising y de los derechos de televisión fueron suficientes para hacerla más que rentable. ¿Cuáles fueron los más perjudicados? Las empresas distribuidoras de DVD, no los autores.
Una vez vistos los principales sectores de la industria cultural -todavía hay una mayoría que prefiere el libro de papel, por lo que no lo incluimos en el análisis-, cabe plantearse si realmente el problema se encuentra en los derechos de autor o en los ingresos de las distribuidoras. Ustedes dirán.
Antes que nada, habría que plantear cuánto gana un artista, escritor o músico con sus creaciones. Desafortunadamente, es difícil encontrar datos actualizados sobre el reparto de las ganancias del disco o del DVD en España.
En Estados Unidos, según un estudio realizado en 2010 por The Nielsen Company, una empresa de información y medios a nivel global, el artista sólo recibía en este país el 13 por ciento de los beneficios. Después, con ese porcentaje, debía de pagar al manager y a las demás personas que trabajan para él o, recordemos, para ellos.
Los distribuidores se llevaban alrededor del 24 por ciento. Casi todo lo demás, era para las discográficas. Sin embargo, los grandes sellos cuentan con sus propias redes de distribución, por lo que algunas se pueden llevar incluso el 87 por ciento de lo que valía el CD. Los autores apenas reciben ganancias de la venta.
Pero el beneficio de las discográficas no queda ahí. También se benefician del merchandising y de los conciertos, que son los que cubren los gastos de grabación en la actualidad. Y también es en lo que el artista consigue más ganancias. Por tanto, se puede comprobar que la discográfica puede conseguir beneficios incluso sin la necesidad de vender los discos.
En cuanto al cine, el problema está en la distribución en un doble sentido: el mercado del DVD y demás soportes y el de las salas de cine. Según datos de la Sociedad General de Autores Españoles (SGAE), los datos de enero a junio de 2010, frente al mismo periodo de 2009, "reflejan que la exhibición cinematográfica experimenta una mejoría en la recaudación de taquilla del 6,1 por ciento, a pesar del descenso en el número de espectadores del 4,1 por ciento, lo que significa que la aparente recuperación del sector proviene de un incremento en el precio de las entradas cercano al 11 por ciento y de unas exhibiciones más caras, como las 3D".
Si el precio es mayor, es lógico que el número de espectadores sea cada vez menor, especialmente si uno de los colectivos que más van al cine son los que se encuentran en la franja de edad que va de los 13-17 años. ¿Qué beneficios hay aquí para los autores?
El DVD y demás soportes son, probablemente, los más perjudicados de todos. Sin embargo, hay que pensar que son formatos, ni más ni menos, y que del mismo modo que el DVD jubiló al VHS, también Internet lo hará con estos formatos.
¿Cuál es la principal fuente de ingresos? El merchandising. Tal vez sea necesario un replanteamiento del modelo de cines. Cada vez hay más voces que claman por unos precios populares que masifiquen los cines, alcanzando los mismos beneficios que con el precio anterior y dando la posibilidad de que los espectadores repitan en un mismo día o una misma semana, lo que dejaría más beneficios.
De las productoras de series se podría decir lo mismo que con respecto a la venta de CD. Un ejemplo es la serie The Big Bang Theory. Empezó siendo una serie de bajo coste y acabó ganando fama a través de Internet. Las ventas de merchandising y de los derechos de televisión fueron suficientes para hacerla más que rentable. ¿Cuáles fueron los más perjudicados? Las empresas distribuidoras de DVD, no los autores.
Una vez vistos los principales sectores de la industria cultural -todavía hay una mayoría que prefiere el libro de papel, por lo que no lo incluimos en el análisis-, cabe plantearse si realmente el problema se encuentra en los derechos de autor o en los ingresos de las distribuidoras. Ustedes dirán.
RAFAEL SOTO