Amanece un año informativo cargado de innumerables presagios. Y casi todos malos. Para la economia y para la ruina que le toca gestionar a Rajoy, los pronósticos no pueden ser más pesimistas. Recesión y más de cinco millones de parados son la herencia y, todo lo demás, catátrofes sobrevenidas. La peor: la caja de la Seguridad Social en rojo despues de 13 años. Logico. Son cerca de cuatro millones los que han dejado de ingresar y que han pasado a recibir.
Las perspectivas, además, no indican mejoría. Parón -si no marcha atrás- en la economía. Para crear empleo se dice que es necesario crecer un 2 por ciento y eso no se ve posible hasta más alla de 2013. O sea, que ¿podemos llegar a los 6 millones de parados? A los 5,5 estamos ya a punto. Faltan dos EPA. La del trimestre último de 2011 y la del primero de 2012. A cual peor.
El panorama, pues, más desolador no puede ser. Agravado por una cierta resistencia a comprender por parte de la sociedad española que esto no se arregla sólo ni que tiene por qué ir a mejor obligatoriamente. Que depende de todos. Y entre esos todos lo que aparecen son determinadas remoras: los sindicatos encabezan la manifestación, convertidos cada vez más en parte del problema en vez de serlo de la solución.
El Gobierno tiene un misión casi imposible y la necesidad de las más amargas medicinas. Su desgaste, que ya ha empezado con las primeras medidas contestadas de manera únanime -y sobre todo por "los suyos"- va a ser acelerado y terrible. Y su único horizonte es poder presentar a medio plazo una meta de esperanza.
Porque el juicio, más allá de los mil ruidos que vamos a oír, habrá de posponerse al resultado final dentro de cuatro años. Entonces será el momento de medir y de sentenciar. Ante las urnas.
La oposición será pues muy fácil de hacer. Pero el problema es que quien ha de hacerla, el partido más importante -el PSOE- tiene tacha, casi inhabilitación para hacerla. ¿Cómo pueden criticar la ruina que ellos han legado? ¿Cóomo puede ser creible un señor exvicepresidente que acusa a quienes han recogido tales venenos de paro y recesión cuando las cifras y la responsabilidad son, a día de hoy, las propias y suyas?
"Paro y recesión" augura Rubalcaba, mientras sus derrotados barones hacen al unísono quince ruedas de prensa para decir lo mismo. Pues claro, señores. Si ustedes lo conocen mejor que nadie. Es lo suyo.
Que además es otra cosa. Un partido desguazado, con su poder hecho añicos y en el que nadie reconoce un error -pues se los achacan todos al leproso Zapatero- ahora se pretende presentar como el salvador de mañana. Un partido de derrotados cuyos líderes, lejos de afrontar y asumir la derrota, buscan desesperadamente seguir aferrados a los restos del naufragio y amarrados al escaño y a la seda. El Congreso cada vez tiene peor pinta y, de cerrarse, peor aún de lo que se ha abierto.
Como tercera pata de nuestros disgustos no olviden ustedes tampoco a las tensiones nacionalistas. CiU y Mas están dejando cada vez más clara su deriva secesionista y la previsión de tener que soportar un sistemático desafío a la legalidad y al Estado a cada paso van a ser pan nuestro de cada día.
Como lo va a ser el chantaje de los etarras y sus voceros. Su pretensión es que paguemos "la paz" soltando a los asesinos y entregándoles las calles del País Vasco. Y de Navarra, claro. En su propaganda encontrarán la inestimable ayuda de la misma caterva de miserables, de suicidas o de idiotas que tanto les han ayudado en todo su "proceso". Y no les faltará la de sus amigos del Tribunal Constitucional, seguro.
En resumen, si les digo que mi esperanza para este bisiesto en el que hemos entrado es que, al menos, algunas noticias no sean del todo malas, entenderán mi estado de ánimo. Que no es pesimista sino simplemente realista y obvio. Mi optimismo es decir también que, a pesar de todo, sí veo el futuro y sí creo que lo tenemos todos. Pero también que vamos a tener que ganárnoslo y que alcanzarlo va a ser duro.
Las perspectivas, además, no indican mejoría. Parón -si no marcha atrás- en la economía. Para crear empleo se dice que es necesario crecer un 2 por ciento y eso no se ve posible hasta más alla de 2013. O sea, que ¿podemos llegar a los 6 millones de parados? A los 5,5 estamos ya a punto. Faltan dos EPA. La del trimestre último de 2011 y la del primero de 2012. A cual peor.
El panorama, pues, más desolador no puede ser. Agravado por una cierta resistencia a comprender por parte de la sociedad española que esto no se arregla sólo ni que tiene por qué ir a mejor obligatoriamente. Que depende de todos. Y entre esos todos lo que aparecen son determinadas remoras: los sindicatos encabezan la manifestación, convertidos cada vez más en parte del problema en vez de serlo de la solución.
El Gobierno tiene un misión casi imposible y la necesidad de las más amargas medicinas. Su desgaste, que ya ha empezado con las primeras medidas contestadas de manera únanime -y sobre todo por "los suyos"- va a ser acelerado y terrible. Y su único horizonte es poder presentar a medio plazo una meta de esperanza.
Porque el juicio, más allá de los mil ruidos que vamos a oír, habrá de posponerse al resultado final dentro de cuatro años. Entonces será el momento de medir y de sentenciar. Ante las urnas.
La oposición será pues muy fácil de hacer. Pero el problema es que quien ha de hacerla, el partido más importante -el PSOE- tiene tacha, casi inhabilitación para hacerla. ¿Cómo pueden criticar la ruina que ellos han legado? ¿Cóomo puede ser creible un señor exvicepresidente que acusa a quienes han recogido tales venenos de paro y recesión cuando las cifras y la responsabilidad son, a día de hoy, las propias y suyas?
"Paro y recesión" augura Rubalcaba, mientras sus derrotados barones hacen al unísono quince ruedas de prensa para decir lo mismo. Pues claro, señores. Si ustedes lo conocen mejor que nadie. Es lo suyo.
Que además es otra cosa. Un partido desguazado, con su poder hecho añicos y en el que nadie reconoce un error -pues se los achacan todos al leproso Zapatero- ahora se pretende presentar como el salvador de mañana. Un partido de derrotados cuyos líderes, lejos de afrontar y asumir la derrota, buscan desesperadamente seguir aferrados a los restos del naufragio y amarrados al escaño y a la seda. El Congreso cada vez tiene peor pinta y, de cerrarse, peor aún de lo que se ha abierto.
Como tercera pata de nuestros disgustos no olviden ustedes tampoco a las tensiones nacionalistas. CiU y Mas están dejando cada vez más clara su deriva secesionista y la previsión de tener que soportar un sistemático desafío a la legalidad y al Estado a cada paso van a ser pan nuestro de cada día.
Como lo va a ser el chantaje de los etarras y sus voceros. Su pretensión es que paguemos "la paz" soltando a los asesinos y entregándoles las calles del País Vasco. Y de Navarra, claro. En su propaganda encontrarán la inestimable ayuda de la misma caterva de miserables, de suicidas o de idiotas que tanto les han ayudado en todo su "proceso". Y no les faltará la de sus amigos del Tribunal Constitucional, seguro.
En resumen, si les digo que mi esperanza para este bisiesto en el que hemos entrado es que, al menos, algunas noticias no sean del todo malas, entenderán mi estado de ánimo. Que no es pesimista sino simplemente realista y obvio. Mi optimismo es decir también que, a pesar de todo, sí veo el futuro y sí creo que lo tenemos todos. Pero también que vamos a tener que ganárnoslo y que alcanzarlo va a ser duro.
ANTONIO PÉREZ HENARES