¿Quién no ha sentido alguna vez un cosquilleo inexplicable al sorprender a una estrella fugaz cruzando rápidamente el firmamento? ¿Quién no ha tenido, siquiera por unos segundos, el irrefrenable deseo de tocar la Luna con sus manos, de pisar esa superficie plateada como cualquier astronauta de los setenta?
Desde el siglo III, el mundo occidental festeja en estos días la Navidad, coincidiendo con la antigua celebración del Natalis Invicti Solis, esto es, el nacimiento del dios-Sol en el solsticio de invierno. Precisamente por eso, hemos querido aprovechar esta época navideña para poner en marcha El Astrolabio, un pequeño hueco en la red de redes que pretende animarte a volver la vista al cielo, a que disfrutes del sentimiento de maravilla que te embargó la primera vez que descubriste un firmamento estrellado.
Quizás nos hayan robado las estrellas en las grandes ciudades, pero el interés por la astronomía sigue más vivo que nunca, como demuestra el creciente número de páginas y de foros de Internet que se dedican a esta bella ciencia.
También lo constatan el interés con el que se siguen los últimos descubrimientos y la actualidad astronómica en la prensa. En El Astrolabio comentaremos los descubrimientos astronómicos más recientes, daremos cuenta de los fenómenos que vaya demandando la actualidad y, cómo no, repasaremos los momentos más importantes de la historia de la astronomía.
El filósofo irlandés Edmund Burke, escribió en 1756 Indagación filosófica sobre el origen de nuestras ideas acerca de lo sublime y de lo bello, una obra en la que distinguía las dos categorías principales de la estética: lo bello y lo sublime.
Para el erudito sajón, sublime es todo aquello que nos hace estremecer, que nos inspira admiración y respeto. Por lo general, son sensaciones que nos produce la naturaleza; por ejemplo, la visión de una montaña majestuosa o la inmensidad de una noche estrellada.
En efecto, hay pocas sensaciones tan magníficas como la observación del cielo desde un lugar alejado de las luces, algo cada vez más difícil de encontrar en estos tiempos en los que la contaminación lumínica invade todos los rincones de nuestro país. El cielo estrellado, declarado Patrimonio de las Generaciones Futuras por la UNESCO, es un lujo del que sólo se puede disfrutar lejos de la gran ciudad.
No obstante, basta con fijarse con atención para, incluso desde la ciudad, descubrir muchas cosas: el ciclo anual del Sol, las fases de la Luna, los movimientos de los planetas... El hombre urbano ha perdido el contacto con la naturaleza, básicamente por despiste, por desgana o por desconocimiento.
Pero basta con prestar un poco de atención para ser capaces de adivinar los ciclos astronómicos, de predecir su regularidad, de conocer su influencia en los seres vivos... Y no, no hablamos de "astrología", sino de "astronomía".
A partir de hoy, queremos convertirnos en auténticos buscadores de estrellas que, en origen, es lo que significa "astrolabio", ese instrumento que creó Hiparco de Nicea hacia el año 150 a.C. y que da nombre a este espacio. Queremos ser tus compañeros de viaje en esta expedición por nuestro firmamento, compartir contigo experiencias, sensaciones y opiniones sobre todo aquello que nos rodea: el Universo. ¿Te animas?
Desde el siglo III, el mundo occidental festeja en estos días la Navidad, coincidiendo con la antigua celebración del Natalis Invicti Solis, esto es, el nacimiento del dios-Sol en el solsticio de invierno. Precisamente por eso, hemos querido aprovechar esta época navideña para poner en marcha El Astrolabio, un pequeño hueco en la red de redes que pretende animarte a volver la vista al cielo, a que disfrutes del sentimiento de maravilla que te embargó la primera vez que descubriste un firmamento estrellado.
Quizás nos hayan robado las estrellas en las grandes ciudades, pero el interés por la astronomía sigue más vivo que nunca, como demuestra el creciente número de páginas y de foros de Internet que se dedican a esta bella ciencia.
También lo constatan el interés con el que se siguen los últimos descubrimientos y la actualidad astronómica en la prensa. En El Astrolabio comentaremos los descubrimientos astronómicos más recientes, daremos cuenta de los fenómenos que vaya demandando la actualidad y, cómo no, repasaremos los momentos más importantes de la historia de la astronomía.
El filósofo irlandés Edmund Burke, escribió en 1756 Indagación filosófica sobre el origen de nuestras ideas acerca de lo sublime y de lo bello, una obra en la que distinguía las dos categorías principales de la estética: lo bello y lo sublime.
Para el erudito sajón, sublime es todo aquello que nos hace estremecer, que nos inspira admiración y respeto. Por lo general, son sensaciones que nos produce la naturaleza; por ejemplo, la visión de una montaña majestuosa o la inmensidad de una noche estrellada.
En efecto, hay pocas sensaciones tan magníficas como la observación del cielo desde un lugar alejado de las luces, algo cada vez más difícil de encontrar en estos tiempos en los que la contaminación lumínica invade todos los rincones de nuestro país. El cielo estrellado, declarado Patrimonio de las Generaciones Futuras por la UNESCO, es un lujo del que sólo se puede disfrutar lejos de la gran ciudad.
No obstante, basta con fijarse con atención para, incluso desde la ciudad, descubrir muchas cosas: el ciclo anual del Sol, las fases de la Luna, los movimientos de los planetas... El hombre urbano ha perdido el contacto con la naturaleza, básicamente por despiste, por desgana o por desconocimiento.
Pero basta con prestar un poco de atención para ser capaces de adivinar los ciclos astronómicos, de predecir su regularidad, de conocer su influencia en los seres vivos... Y no, no hablamos de "astrología", sino de "astronomía".
A partir de hoy, queremos convertirnos en auténticos buscadores de estrellas que, en origen, es lo que significa "astrolabio", ese instrumento que creó Hiparco de Nicea hacia el año 150 a.C. y que da nombre a este espacio. Queremos ser tus compañeros de viaje en esta expedición por nuestro firmamento, compartir contigo experiencias, sensaciones y opiniones sobre todo aquello que nos rodea: el Universo. ¿Te animas?
PACO BELLIDO