De seguro que Javier Arenas y su equipo están leyendo y releyendo los resultados electorales en Andalucía a fin de sacar conclusiones que les sirvan de cara a las Autonómicas de 2012. Está claro que se ha confirmado el vuelco electoral que ya se produjo con motivo de las Municipales de mayo pasado, obteniéndose unos excelentes resultados, pero sigue sin aclararse el camino para los populares en lo que a la Andalucía del interior se refiere y, fundamentalmente, en los municipios de menos de 25.000 habitantes, que son la mayoría.
Si nos atenemos a los resultados obtenidos en la provincia de Córdoba, que es la que más puede interesarnos, el Partido Popular (PP) ha obtenido la mayoría de votos en 23 municipios, mientras el PSOE lo ha hecho en 52. Tengamos en cuenta que al cierre de los colegios electorales, el PP había obtenido 38.856 votos más que el PSOE en el cómputo general de toda la provincia y, sin embargo, en Córdoba capital esta diferencia de votos se establecía en 47.884, lo que nos habla de que los socialistas han ganado a los populares en los pueblos por un total de 9.000 votos. Todo ello teniendo en cuenta la clara victoria del PP en Lucena, Cabra, Priego de Córdoba, Pozoblanco y Peñarroya-Pueblonuevo.
Por tanto, y reconociendo el esfuerzo realizado -que me consta-, resulta necesario redoblar dedicación y mensajes en un medio rural que, a pesar de la tremenda crisis que vivimos, se aferra al voto de izquierdas, posiblemente porque desconfía que desde la derecha se puedan poner en práctica medidas que, sin lesionar determinados principios sociales, incrementen la accesibilidad de los ciudadanos a posiciones de mayor progreso.
En Sevilla sucede algo parecido. Si en la capital el PP ha superado al PSOE en alrededor de 30.000 votos, en la provincia los socialistas han obtenido 60.000 más que los populares, lo que ha hecho posible que sea la única que aparece marcada en rojo dentro del mapa nacional.
En Jaén, es la ventaja obtenida por el PP en la capital la que marca la diferencia global ya que en la provincia se ha producido un empate entre las dos fuerzas políticas. Por su parte, en Huelva, consiguen también los socialistas superar a los populares en los pueblos por un estrecho margen de 1.000 votos. Y en Granada, Almería, Málaga y Cádiz es el PP el que vence tanto en las capitales de provincia como en el resto de las mismas.
Conclusión: para obtener mayoría absoluta en las próximas Autonómicas -pues ya ha manifestado IU su voluntad de no dejar gobernar al PP si en su mano está conformar mayoría con el PSOE-, ha de establecerse un pormenorizado trabajo en el medio rural, que necesitará de la participación de todos los efectivos institucionales disponibles -de ahí mi rechazo a la duplicidad de cargos que limita la capacidad de acción de los representantes-, así como de cualesquiera otros colaboradores que estén dispuestos a trasladar confianza a un electorado todavía desconfiado.
Un trabajo que no puede dejarse en manos del voluntarismo, sino que tiene que estar tan diseñado como organizado en su ejecución. Creo que no puede pedirse más esfuerzo del que viene haciendo a Javier Arenas, que podrá levantar otros recelos o dudas, pero no la de su implicación en la consecución de los objetivos electorales.
Es a otro nivel donde hay que dar el do de pecho que, evidentemente, aún no se ha terminado de dar, si se quiere que la mayoría que obtenga el PP sea suficiente para gobernar.
Y es cierto lo que hace días me comentaba un colega y amigo: la transición en España no será un hecho culminado hasta que la alternancia no se convierta en una realidad en Andalucía. Una realidad que supondrá madurez política del pueblo en respuesta a que los partidos andaluces alcancen la suya propia.
Si nos atenemos a los resultados obtenidos en la provincia de Córdoba, que es la que más puede interesarnos, el Partido Popular (PP) ha obtenido la mayoría de votos en 23 municipios, mientras el PSOE lo ha hecho en 52. Tengamos en cuenta que al cierre de los colegios electorales, el PP había obtenido 38.856 votos más que el PSOE en el cómputo general de toda la provincia y, sin embargo, en Córdoba capital esta diferencia de votos se establecía en 47.884, lo que nos habla de que los socialistas han ganado a los populares en los pueblos por un total de 9.000 votos. Todo ello teniendo en cuenta la clara victoria del PP en Lucena, Cabra, Priego de Córdoba, Pozoblanco y Peñarroya-Pueblonuevo.
Por tanto, y reconociendo el esfuerzo realizado -que me consta-, resulta necesario redoblar dedicación y mensajes en un medio rural que, a pesar de la tremenda crisis que vivimos, se aferra al voto de izquierdas, posiblemente porque desconfía que desde la derecha se puedan poner en práctica medidas que, sin lesionar determinados principios sociales, incrementen la accesibilidad de los ciudadanos a posiciones de mayor progreso.
En Sevilla sucede algo parecido. Si en la capital el PP ha superado al PSOE en alrededor de 30.000 votos, en la provincia los socialistas han obtenido 60.000 más que los populares, lo que ha hecho posible que sea la única que aparece marcada en rojo dentro del mapa nacional.
En Jaén, es la ventaja obtenida por el PP en la capital la que marca la diferencia global ya que en la provincia se ha producido un empate entre las dos fuerzas políticas. Por su parte, en Huelva, consiguen también los socialistas superar a los populares en los pueblos por un estrecho margen de 1.000 votos. Y en Granada, Almería, Málaga y Cádiz es el PP el que vence tanto en las capitales de provincia como en el resto de las mismas.
Conclusión: para obtener mayoría absoluta en las próximas Autonómicas -pues ya ha manifestado IU su voluntad de no dejar gobernar al PP si en su mano está conformar mayoría con el PSOE-, ha de establecerse un pormenorizado trabajo en el medio rural, que necesitará de la participación de todos los efectivos institucionales disponibles -de ahí mi rechazo a la duplicidad de cargos que limita la capacidad de acción de los representantes-, así como de cualesquiera otros colaboradores que estén dispuestos a trasladar confianza a un electorado todavía desconfiado.
Un trabajo que no puede dejarse en manos del voluntarismo, sino que tiene que estar tan diseñado como organizado en su ejecución. Creo que no puede pedirse más esfuerzo del que viene haciendo a Javier Arenas, que podrá levantar otros recelos o dudas, pero no la de su implicación en la consecución de los objetivos electorales.
Es a otro nivel donde hay que dar el do de pecho que, evidentemente, aún no se ha terminado de dar, si se quiere que la mayoría que obtenga el PP sea suficiente para gobernar.
Y es cierto lo que hace días me comentaba un colega y amigo: la transición en España no será un hecho culminado hasta que la alternancia no se convierta en una realidad en Andalucía. Una realidad que supondrá madurez política del pueblo en respuesta a que los partidos andaluces alcancen la suya propia.
ENRIQUE BELLIDO