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El valor del diálogo

Una vez que Montilla Digital ha reiniciado su andadura, después del lapsus de vacaciones, he visto que se han incorporado nuevos colaboradores, lo que es una gran noticia, puesto que, por un lado, supone un refuerzo para el diario y, por otro, es reflejo de la gran aceptación que tiene. Sin embargo, la fuerte polémica surgida a raíz de un artículo de Raúl Solís me ha movido a escribir estas líneas.

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Como sabrán algunos de los lectores de este medio, a lo largo de mi vida he dirigido y coordinado bastantes revistas culturales. La última, en la que estoy actualmente inmerso, es en Azagala, revista mensual que editándose en mi tierra (Alburquerque, Badajoz) tiene una tirada de 700 ejemplares, de los cuales, 200 se distribuyen por la geografía española, pues son muchos los extremeños que están suscritos a ella.

Llevamos cuatro años de andadura y puedo decir que su existencia es casi un milagro, puesto que no tenemos publicidad, ya que desde que nos posicionamos en contra de un proyecto arquitectónico aberrante, en el que se pretendía transformar el castillo de Alburquerque, que es monumento nacional desde 1927, en una horrenda hospedería, las amenazas hacia la revista y los que participamos en ella por parte del alcalde de Alburquerque dio lugar a que nadie quisiera anunciarse, por temor a represalias.

¿Y cómo sobrevivimos? Pues los lectores y suscriptores han cerrado filas alrededor de la revista, de manera que mantienen una clara fidelidad hacia ella. Por otro lado, los más de cuarenta colaboradores, que dentro o fuera de la tierra mantienen viva la revista, nos envían generosamente sus trabajos que ven la luz cada mes.

Y una de sus cualidades es la pluralidad de los que participan: cualquiera puede escribir libremente, con la condición de mantener un lenguaje correcto y una base de respeto hacia quienes mantienen ideas, creencias o posturas distintas. De este modo, es posible encontrar un artículo sobre un tema polémico en el que su autor defiende su postura y al lado otro que lo hace en sentido contrario.

Esto que dicho así parece muy sencillo es producto de una gran labor y de la defensa constante del valor del diálogo y del debate basados en el contraste de opiniones. Como consecuencia de ello, de una de las cosas de las que nos enorgullecemos es la de haber propiciado la convivencia en una localidad que estaba deteriorada por intereses de la persona que representaba al Ayuntamiento y que había logrado dividir a la población.

Aunque Montilla Digital es una página en la Red tiene algunas semejanzas con la revista que codirijo: hay una clara defensa de la pluralidad de opiniones de los que escribimos en ella. Esto es un gran mérito en una época en la que la intolerancia, el falso debate transformado en griterío y el insulto o la descalificación están a la orden del día en gran parte de los medios de comunicación.

En relación con lo anterior, sé que lleva mucho trabajo leer todos los comentarios que llegan al diario para que no se “cuele” ninguno inoportuno que pudiera causar un gran daño, aunque después se retirara. A pesar de ello, Montilla Digital ha sido bastante abierta en el sentido de que ha dado paso a escritos en los que no hay ninguna argumentación; mas bien es casi un desahogo de quien escribe.

También los que colaboramos con Montilla Digital debemos ser conscientes de que es importante “lo que se dice”, pero también “cómo se dice”. Y, ciertamente, hay muchos modos de exponer las propias ideas. De ahí que no es lo mismo "debate" que "confrontación": en el primer caso, se respetan las ideas y sentimientos de la “otra parte”; en el segundo se parte de posturas inflexibles y con cierto desdén hacia los que no “comulgan” con nuestras posiciones.

El debate es enriquecedor, puesto que de él se sale aprendiendo algo, lo que, a fin de cuentas, es fomento de una cultura abierta, crítica y tolerante; de la confrontación, los que mantienen sus posturas permanecen en ellas, solo que se ha abierto una brecha de incomunicación y de animadversión entre ambas partes.

Con respecto a la cuestión de que alguien ha intentado entorpecer la publicidad, que es básica para toda publicación, aparte de las medidas que Montilla Digital ha adoptado, quisiera indicar que sería gran un error que alguna empresa o entidad respondiera a ello: Montilla Digital se ha configurado como un gran medio del que todos los montillanos deben sentirse orgullosos. Estoy seguro de que pocas localidades con población similar a la de Montilla ha logrado un diario digital de la calidad de este.

Es más, Montilla Digital debe crecer, debe consolidarse y debe ser un polo de referencia de un periodismo vivo, crítico, plural y respetuoso. Y estoy seguro que se logrará si todos los que participamos en él, en cualquiera de las formas, nos damos cuenta de que el camino no es el de “dar caña”, tal como apuntaba un lector, a quienes mantienen otras ideas, creencias o criterios, sino el de abrir debates del que podamos sacar “algo en claro”.

Espero que esta pequeña tormenta amaine y podamos seguir disfrutando de este excelente diario. Un fuerte abrazo extensible a todos los que forman ese amplio número de seguidores de Montilla Digital.
AURELIANO SÁINZ
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