En el artículo del domingo pasado, Los ricos también sufren, acudía a tres anuncios para apoyarme en ellos y realizar, con cierto tono de humor, algunas reflexiones acerca del protagonismo que ha alcanzado el capitalismo financiero a nivel mundial, superando en importancia al capital industrial, que era el que había marcado las condiciones económicas y laborales en los distintos países desde la revolución industrial.
Dado que algunos lectores hicieron algunas sugerencias muy interesantes acerca del mundo de la publicidad, en esta ocasión quisiera exponer algunas consideraciones sobre el mundo de la imagen y de los mensajes publicitarios que tanta importancia tienen en nuestra sociedad de consumo (o sociedad líquida, como la llama el sociólogo Zigmunt Bauman).
Creo que todos estaremos de acuerdo en que vivimos en una sociedad altamente competitiva y compleja, y que cada vez se hace más difícil entender muchos de los aspectos en los que nos movemos. Basta con echar un vistazo a lo que ha supuesto la aparición de Internet para darnos cuenta de que no nos queda más remedio que formarnos todo lo posible, porque si no estamos expuestos que a la primera de cambio nos den “gato por liebre”.
Y para que tengamos en cuenta esa gran complejidad, esta vez quiero abordar algo que en el campo de la publicidad lleva tiempo funcionando y que permanece como si fuera un dogma de fe.
No sé si tú, amigo lector / amiga lectora, te has fijado alguna vez en los anuncios que aparecen en prensa y revistas de que todos los relojes anunciados marcan las “10 y 10 horas”. En caso afirmativo, ¿te has preguntado la razón de ello? ¿Has sido capaz de encontrar alguna respuesta que te pareciera satisfactoria?
Lógicamente, en mi caso, puesto que hace bastantes años trabajo en el campo de la imagen, del diseño gráfico y la publicidad, tenía conocimiento de este tema. De todos modos, no me conformé con la interpretación más sencilla de todas, sino que estuve indagando en las razones profundas de este curioso enigma.
¿Y por qué lo traigo a Montilla Digital? Bueno, hace un par de años en clase, tras hacer la propuesta a los alumnos de que indagaran las razones de este tema publicitario, acabé exponiendo y proyectándoles en la pantalla bastantes anuncios de relojes y las razones de la psicología de la percepción que sustentaban mis tesis.
La gran sorpresa que tuve aquella vez fue que al terminar la exposición recibí un aplauso por parte de los alumnos que asistían a clase. Nunca me había sucedido a lo largo de mis años de docencia. Quizá se debiera a que les había mantenido en suspense durante semanas, con lo que, finalmente, las aclaraciones al enigma de las “10 y 10” les resultaron sorprendentes al tiempo que convincentes.
Dado que este tema ya lo tengo publicado en formato digital como ponencia de un congreso de comunicación y educación, no me importa traérselo a los lectores de este diario digital para ver si se “devanan un poco los sesos”.
Sé que muchos acudirán con un buscador a encontrar en alguna página web las posibles respuestas; no obstante, sería más interesante que cada uno pensara un poco por su cuenta, pues, en esas páginas, junto a explicaciones algo convincentes se encuentran auténticos disparates.
Repito la pregunta con la que he titulado este trabajo: ¿Por qué todos los relojes en los anuncios publicitarios marcan las 10 y 10? Para comenzar a indagar en esta interrogante, de los muchos anuncios que tengo archivados, os traigo cuatro como ejemplos para ver si somos capaces de resolver el enigma de las “10 y 10”.
En primer lugar, ahí tenéis un anuncio de Gucci, ya que también esta firma italiana comercializa relojes con su marca.
Si os fijáis, el nombre se encuentra en la parte inferior de la esfera. Esto parece contradecir a esa explicación que sostiene que con las agujas marcando esa hora se forma un ángulo que da lugar a que se destaque la marca. Con este criterio, lo razonable sería que las agujas señalaran las 8 horas y 20 minutos, puesto que el ángulo sería hacia abajo.
Los anuncios de relojes son muy variados en cuanto a la construcción de las escenas. Aquí, la marca Lotus nos presenta una gran ciudad llena de rascacielos y con la gente aterrorizada ante la aparición de un gran reloj de color azul marcando esa hora.
Y uno se pregunta: ¿Es una hora oculta dentro del Apocalipsis de San Juan, libro que escribiera en su retiro en la isla de Patmos? ¿Debemos estar todos preparados para tan magno e inquietante acontecimiento? ¿O quizá, sea un anticipo de la hora en la que las ciudades estadounidenses serán invadidas por extraterrestres, ya que gran parte de su población cree que corre este riesgo?
En tercer lugar he seleccionado un anuncio de Calvin Klein, que al igual que Gucci comercializa también relojes.
Pero aquí lo más curioso es que la esfera del reloj aparece invertida con respecto al espectador y se hace difícil entender que su función sea la de destacar el nombre de la marca. Por otro lado, ¿qué está haciendo este chaval? ¿Acaso son las 10 y 10 la hora propicia para aventuras eróticas?
Cierro este breve recorrido con el plano de un rostro muy conocido: Fernando Alonso. Es frecuente que las empresas acudan a personajes famosos para publicitar sus productos, y en el caso de los relojes a destacados deportistas. Aquí se presentan dos relojes de la marca Viceroy: el que se superpone a la fotografía general y el que porta el propio Alonso, ambos marcando la consabida hora.
Antes de cerrar esta primera parte, uno se puede preguntar: ¿qué pretendo con todo esto? Pues la verdad, mi intención es hacer ver que los mensajes publicitarios son mucho más complejos de lo que se pudiera pensar, y que el mundo en el que nos movemos hay multitud de imágenes de las que entendemos una parte y otra que queda fuera de nuestra parte consciente, por lo que resulta muy fácil manipular a gran parte de la población.
En fin, que si a alguno se le ocurre alguna idea antes de que dé las respuestas en la próxima semana, bienvenida sea, pues aunque yo tengo algunas, seguro que hay más.
Dado que algunos lectores hicieron algunas sugerencias muy interesantes acerca del mundo de la publicidad, en esta ocasión quisiera exponer algunas consideraciones sobre el mundo de la imagen y de los mensajes publicitarios que tanta importancia tienen en nuestra sociedad de consumo (o sociedad líquida, como la llama el sociólogo Zigmunt Bauman).
Creo que todos estaremos de acuerdo en que vivimos en una sociedad altamente competitiva y compleja, y que cada vez se hace más difícil entender muchos de los aspectos en los que nos movemos. Basta con echar un vistazo a lo que ha supuesto la aparición de Internet para darnos cuenta de que no nos queda más remedio que formarnos todo lo posible, porque si no estamos expuestos que a la primera de cambio nos den “gato por liebre”.
Y para que tengamos en cuenta esa gran complejidad, esta vez quiero abordar algo que en el campo de la publicidad lleva tiempo funcionando y que permanece como si fuera un dogma de fe.
No sé si tú, amigo lector / amiga lectora, te has fijado alguna vez en los anuncios que aparecen en prensa y revistas de que todos los relojes anunciados marcan las “10 y 10 horas”. En caso afirmativo, ¿te has preguntado la razón de ello? ¿Has sido capaz de encontrar alguna respuesta que te pareciera satisfactoria?
Lógicamente, en mi caso, puesto que hace bastantes años trabajo en el campo de la imagen, del diseño gráfico y la publicidad, tenía conocimiento de este tema. De todos modos, no me conformé con la interpretación más sencilla de todas, sino que estuve indagando en las razones profundas de este curioso enigma.
¿Y por qué lo traigo a Montilla Digital? Bueno, hace un par de años en clase, tras hacer la propuesta a los alumnos de que indagaran las razones de este tema publicitario, acabé exponiendo y proyectándoles en la pantalla bastantes anuncios de relojes y las razones de la psicología de la percepción que sustentaban mis tesis.
La gran sorpresa que tuve aquella vez fue que al terminar la exposición recibí un aplauso por parte de los alumnos que asistían a clase. Nunca me había sucedido a lo largo de mis años de docencia. Quizá se debiera a que les había mantenido en suspense durante semanas, con lo que, finalmente, las aclaraciones al enigma de las “10 y 10” les resultaron sorprendentes al tiempo que convincentes.
Dado que este tema ya lo tengo publicado en formato digital como ponencia de un congreso de comunicación y educación, no me importa traérselo a los lectores de este diario digital para ver si se “devanan un poco los sesos”.
Sé que muchos acudirán con un buscador a encontrar en alguna página web las posibles respuestas; no obstante, sería más interesante que cada uno pensara un poco por su cuenta, pues, en esas páginas, junto a explicaciones algo convincentes se encuentran auténticos disparates.
Repito la pregunta con la que he titulado este trabajo: ¿Por qué todos los relojes en los anuncios publicitarios marcan las 10 y 10? Para comenzar a indagar en esta interrogante, de los muchos anuncios que tengo archivados, os traigo cuatro como ejemplos para ver si somos capaces de resolver el enigma de las “10 y 10”.
En primer lugar, ahí tenéis un anuncio de Gucci, ya que también esta firma italiana comercializa relojes con su marca.
Si os fijáis, el nombre se encuentra en la parte inferior de la esfera. Esto parece contradecir a esa explicación que sostiene que con las agujas marcando esa hora se forma un ángulo que da lugar a que se destaque la marca. Con este criterio, lo razonable sería que las agujas señalaran las 8 horas y 20 minutos, puesto que el ángulo sería hacia abajo.
Los anuncios de relojes son muy variados en cuanto a la construcción de las escenas. Aquí, la marca Lotus nos presenta una gran ciudad llena de rascacielos y con la gente aterrorizada ante la aparición de un gran reloj de color azul marcando esa hora.
Y uno se pregunta: ¿Es una hora oculta dentro del Apocalipsis de San Juan, libro que escribiera en su retiro en la isla de Patmos? ¿Debemos estar todos preparados para tan magno e inquietante acontecimiento? ¿O quizá, sea un anticipo de la hora en la que las ciudades estadounidenses serán invadidas por extraterrestres, ya que gran parte de su población cree que corre este riesgo?
En tercer lugar he seleccionado un anuncio de Calvin Klein, que al igual que Gucci comercializa también relojes.
Pero aquí lo más curioso es que la esfera del reloj aparece invertida con respecto al espectador y se hace difícil entender que su función sea la de destacar el nombre de la marca. Por otro lado, ¿qué está haciendo este chaval? ¿Acaso son las 10 y 10 la hora propicia para aventuras eróticas?
Cierro este breve recorrido con el plano de un rostro muy conocido: Fernando Alonso. Es frecuente que las empresas acudan a personajes famosos para publicitar sus productos, y en el caso de los relojes a destacados deportistas. Aquí se presentan dos relojes de la marca Viceroy: el que se superpone a la fotografía general y el que porta el propio Alonso, ambos marcando la consabida hora.
Antes de cerrar esta primera parte, uno se puede preguntar: ¿qué pretendo con todo esto? Pues la verdad, mi intención es hacer ver que los mensajes publicitarios son mucho más complejos de lo que se pudiera pensar, y que el mundo en el que nos movemos hay multitud de imágenes de las que entendemos una parte y otra que queda fuera de nuestra parte consciente, por lo que resulta muy fácil manipular a gran parte de la población.
En fin, que si a alguno se le ocurre alguna idea antes de que dé las respuestas en la próxima semana, bienvenida sea, pues aunque yo tengo algunas, seguro que hay más.
AURELIANO SÁINZ