Nos encontramos en un año marcado políticamente por elecciones, sean municipales, autonómicas y generales. Los partidos se encuentran en abierta lucha incruenta para lograr el máximo número de representantes en las distintas instituciones, que son, o deberían ser, el reflejo de la voluntad popular. Es por ello que las campañas electorales se planifican cuidadosamente, en ocasiones acudiendo a agencias publicitarias que son las encargadas de crear las imágenes que se desean transmitir para lograr el mayor número de apoyos y que se traduzcan en los deseados votos.
Puesto que nos encontramos en una sociedad de mercado globalizada, no es ningún secreto que tanto las empresas que comercializan productos como los partidos políticos necesitan crearse una imagen corporativa que sea asimilada por la población para que se les identifiquen con unos determinados valores que, de manera consciente o no consciente, funcionan a la hora de pedir el voto a los electores.
Y una parte significativa de esa imagen corporativa es la que se elabora a través del logotipo que representa a cada partido. De este modo, el diseño de las iniciales, de las formas y de los colores se seleccionan cuidadosamente, pues, aunque pareciera que carece de importancia, lo cierto es que los logotipos son como “la tarjeta de presentación” que se les ofrece a los ciudadanos para que se identifique visualmente al partido.
Nos encontramos en una cultura en la cual, guste o no, “una imagen vale más que mil palabras”, según el dicho popular. Y los votos, los tan anhelados votos, acaban siendo el objetivo último de muchas de las formaciones políticas.
De este modo, y para que conozcamos el significado de los logotipos de los partidos, he creído interesante hacer un recorrido por los seis que tienen presencia e incidencia a nivel nacional: PSOE, PP, IU, UPyD, Ciudadanos y Podemos.
Con el fin de que no haya problemas ni suspicacias, los nombro según su antigüedad. Así, el primero de los citados es centenario y el último tiene una formación muy reciente. Por otro lado, para no hacer excesivamente largo el estudio, lo he dividido en dos partes, de modo que en la primera entrega aparecen las dos formaciones que han marcado el devenir político en los gobiernos de España a lo largo de la Democracia.
Comienzo, pues, con el Partido Socialista Obrero Español, cuya fundación hay que situarla en 1879 por Pablo Iglesias, lo que es indicio de la larga trayectoria que ha tenido en este país. Para no remontarme excesivamente hacia atrás, el punto del que parto es el de la finalización de la dictadura y los años de la Transición hacia la Democracia, en la que los partidos políticos son legalizados y pueden realizar sus actividades con normalidad.
El logotipo con el que aparece el PSOE, a partir de 1978, es una adaptación del usado por partidos de la Internacional Socialista, especialmente del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD). Durante años, veíamos el puño cerrado de una mano izquierda, que, con trazo de contorno negro, cogía una rosa de color rojo con las líneas de contorno también negras. Debajo de la figura, las iniciales nos remitían al partido que representaba este símbolo visual.
Era un excelente logotipo, pero tenía el problema de que el puño cerrado, aunque tuviera la posición horizontal y mantuviera una rosa, se asimilaba excesivamente a la idea de lucha obrera en las que tantas veces se levantaba el puño.
Pasado el tiempo, se planteó, siguiendo la línea que había adoptado el SPD alemán, separar la imagen de las iniciales en dos cuadrados diferenciados. De este modo, sobre fondos rojos aparecieron, por un lado, las iniciales del partido de color blanco, y por otro, el logo del puño cerrado y la rosa. Curiosamente, con esta nueva versión ha perdido fuerza el símbolo, desplazándose hacia el color rojo todo el protagonismo.
Sobre esta tonalidad había que indicar que connota o sugiere tensión, lucha, pasión, puesto que remite al color de la sangre, el fuego, los claveles, la capa de los toreros, etc. Pero, por encima de todo, alude al término de “rojos” con el que se denominó a todos los partidos que defendieron la legalidad de la II República y que Franco se encargó de demonizar durante las casi cuatro largas décadas que se mantuvo en el poder.
Un logotipo reciente que ha utilizado el PSOE en algunas de sus presentaciones públicas es aquel que contiene el nombre de “Socialistas”, de manera manuscrita, con cierta inclinación de la letra hacia arriba y en color rojo.
La aportación es que convierte la letra “t” alargada en el tallo de la una rosa de forma circular. Creo que la intención de este diseño es la de evocar al símbolo de la mujer, utilizado por el movimiento feminista, y que consiste en un círculo con una cruz añadida en su parte inferior.
Personalmente, considero un logotipo sin fuerza; y si la intención, tal como apunto, es la de aludir visualmente al mundo de la mujer, creo equivocada este diseño pues a la mayoría de la gente le resultaría difícil identificar esta alusión.
Tanto el Partido Popular como su logotipo inicial tienen su origen en Alianza Popular, la formación política que creara Manuel Fraga, quien fuera ministro de Información y Turismo, entre 1962 y 1969, durante el franquismo. Ya en democracia, fue el promotor de Alianza Popular, denominación registrada como partido político en 1976.
El logotipo que se diseña para Alianza Popular resulta ser el formado por las iniciales, en letras minúsculas, gruesas y de color rojo. El fondo sobre el que aparecían era de tono amarillo dorado. Con ambos colores se quería evocar a la bandera de la restaurada monarquía española, enseña respaldada por la mayoría de los partidos políticos en la nueva etapa, incluso por el PCE.
Tenemos que entender que la elección del rojo para el logotipo se adoptó en función de esa referencia que hacía el partido conservador hacia la bandera española; de otro modo, no se habría adoptado este cromatismo por las connotaciones históricas que tiene el rojo hacia la izquierda y el bando republicano.
El nacimiento del Partido Popular en 1989 conllevó, lógicamente, la creación de un nuevo logotipo que representara visualmente a la formación política de centro-derecha, según la expresión de la propia organización.
Se adoptan las iniciales PP en mayúsculas, en color rojo y con una gaviota de color azul que sobrevuela por encima de esas iniciales. Desde el principio las letras son inclinadas y la gaviota vuela de derecha a izquierda, sentido contrario al de la dirección de la escritura, por lo que simbólicamente pareciera que lo hiciera hacia el pasado.
Este detalle fue advertido, dando lugar a que se encargara un nuevo diseño. En la nueva versión, las letras siguen inclinadas hacia la derecha y a la gaviota se le cambió de rumbo, moviéndose ya también hacia la derecha.
No sé si como respuesta a la decisión del PSOE de cambiar el logotipo de modo que el color tuviera un claro protagonismo, lo cierto es que en el Partido Popular se abandona el color rojo de sus letras iniciales para que finalmente fueran de color blanco sobre un fondo azul.
De este modo, en la última versión, tanto las iniciales como la gaviota aparecen de color blanco sobre un fondo azul celeste. He de apuntar que no se adopta un color azul más intenso para evitar las alusiones que pudieran tener hacia el bando nacionalista en la Guerra Civil. Recordemos, por ejemplo, que la división de infantería enviada por Franco para luchar junto a las fuerzas nazis contra la Unión Soviética recibió el nombre de División Azul.
Puesto que, como he indicado, el cromatismo azul celeste es el que adquiere el protagonismo del logotipo, conviene apuntar que las connotaciones de esta tonalidad son las que nacen, principalmente, de la contemplación del cielo y del mar, por lo que se asocia con el infinito, la tranquilidad y la paz (el cielo), junto a la transparencia y la limpieza (el agua y el mar).
Puesto que nos encontramos en una sociedad de mercado globalizada, no es ningún secreto que tanto las empresas que comercializan productos como los partidos políticos necesitan crearse una imagen corporativa que sea asimilada por la población para que se les identifiquen con unos determinados valores que, de manera consciente o no consciente, funcionan a la hora de pedir el voto a los electores.
Y una parte significativa de esa imagen corporativa es la que se elabora a través del logotipo que representa a cada partido. De este modo, el diseño de las iniciales, de las formas y de los colores se seleccionan cuidadosamente, pues, aunque pareciera que carece de importancia, lo cierto es que los logotipos son como “la tarjeta de presentación” que se les ofrece a los ciudadanos para que se identifique visualmente al partido.
Nos encontramos en una cultura en la cual, guste o no, “una imagen vale más que mil palabras”, según el dicho popular. Y los votos, los tan anhelados votos, acaban siendo el objetivo último de muchas de las formaciones políticas.
De este modo, y para que conozcamos el significado de los logotipos de los partidos, he creído interesante hacer un recorrido por los seis que tienen presencia e incidencia a nivel nacional: PSOE, PP, IU, UPyD, Ciudadanos y Podemos.
Con el fin de que no haya problemas ni suspicacias, los nombro según su antigüedad. Así, el primero de los citados es centenario y el último tiene una formación muy reciente. Por otro lado, para no hacer excesivamente largo el estudio, lo he dividido en dos partes, de modo que en la primera entrega aparecen las dos formaciones que han marcado el devenir político en los gobiernos de España a lo largo de la Democracia.
Comienzo, pues, con el Partido Socialista Obrero Español, cuya fundación hay que situarla en 1879 por Pablo Iglesias, lo que es indicio de la larga trayectoria que ha tenido en este país. Para no remontarme excesivamente hacia atrás, el punto del que parto es el de la finalización de la dictadura y los años de la Transición hacia la Democracia, en la que los partidos políticos son legalizados y pueden realizar sus actividades con normalidad.
El logotipo con el que aparece el PSOE, a partir de 1978, es una adaptación del usado por partidos de la Internacional Socialista, especialmente del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD). Durante años, veíamos el puño cerrado de una mano izquierda, que, con trazo de contorno negro, cogía una rosa de color rojo con las líneas de contorno también negras. Debajo de la figura, las iniciales nos remitían al partido que representaba este símbolo visual.
Era un excelente logotipo, pero tenía el problema de que el puño cerrado, aunque tuviera la posición horizontal y mantuviera una rosa, se asimilaba excesivamente a la idea de lucha obrera en las que tantas veces se levantaba el puño.
Pasado el tiempo, se planteó, siguiendo la línea que había adoptado el SPD alemán, separar la imagen de las iniciales en dos cuadrados diferenciados. De este modo, sobre fondos rojos aparecieron, por un lado, las iniciales del partido de color blanco, y por otro, el logo del puño cerrado y la rosa. Curiosamente, con esta nueva versión ha perdido fuerza el símbolo, desplazándose hacia el color rojo todo el protagonismo.
Sobre esta tonalidad había que indicar que connota o sugiere tensión, lucha, pasión, puesto que remite al color de la sangre, el fuego, los claveles, la capa de los toreros, etc. Pero, por encima de todo, alude al término de “rojos” con el que se denominó a todos los partidos que defendieron la legalidad de la II República y que Franco se encargó de demonizar durante las casi cuatro largas décadas que se mantuvo en el poder.
Un logotipo reciente que ha utilizado el PSOE en algunas de sus presentaciones públicas es aquel que contiene el nombre de “Socialistas”, de manera manuscrita, con cierta inclinación de la letra hacia arriba y en color rojo.
La aportación es que convierte la letra “t” alargada en el tallo de la una rosa de forma circular. Creo que la intención de este diseño es la de evocar al símbolo de la mujer, utilizado por el movimiento feminista, y que consiste en un círculo con una cruz añadida en su parte inferior.
Personalmente, considero un logotipo sin fuerza; y si la intención, tal como apunto, es la de aludir visualmente al mundo de la mujer, creo equivocada este diseño pues a la mayoría de la gente le resultaría difícil identificar esta alusión.
Tanto el Partido Popular como su logotipo inicial tienen su origen en Alianza Popular, la formación política que creara Manuel Fraga, quien fuera ministro de Información y Turismo, entre 1962 y 1969, durante el franquismo. Ya en democracia, fue el promotor de Alianza Popular, denominación registrada como partido político en 1976.
El logotipo que se diseña para Alianza Popular resulta ser el formado por las iniciales, en letras minúsculas, gruesas y de color rojo. El fondo sobre el que aparecían era de tono amarillo dorado. Con ambos colores se quería evocar a la bandera de la restaurada monarquía española, enseña respaldada por la mayoría de los partidos políticos en la nueva etapa, incluso por el PCE.
Tenemos que entender que la elección del rojo para el logotipo se adoptó en función de esa referencia que hacía el partido conservador hacia la bandera española; de otro modo, no se habría adoptado este cromatismo por las connotaciones históricas que tiene el rojo hacia la izquierda y el bando republicano.
El nacimiento del Partido Popular en 1989 conllevó, lógicamente, la creación de un nuevo logotipo que representara visualmente a la formación política de centro-derecha, según la expresión de la propia organización.
Se adoptan las iniciales PP en mayúsculas, en color rojo y con una gaviota de color azul que sobrevuela por encima de esas iniciales. Desde el principio las letras son inclinadas y la gaviota vuela de derecha a izquierda, sentido contrario al de la dirección de la escritura, por lo que simbólicamente pareciera que lo hiciera hacia el pasado.
Este detalle fue advertido, dando lugar a que se encargara un nuevo diseño. En la nueva versión, las letras siguen inclinadas hacia la derecha y a la gaviota se le cambió de rumbo, moviéndose ya también hacia la derecha.
No sé si como respuesta a la decisión del PSOE de cambiar el logotipo de modo que el color tuviera un claro protagonismo, lo cierto es que en el Partido Popular se abandona el color rojo de sus letras iniciales para que finalmente fueran de color blanco sobre un fondo azul.
De este modo, en la última versión, tanto las iniciales como la gaviota aparecen de color blanco sobre un fondo azul celeste. He de apuntar que no se adopta un color azul más intenso para evitar las alusiones que pudieran tener hacia el bando nacionalista en la Guerra Civil. Recordemos, por ejemplo, que la división de infantería enviada por Franco para luchar junto a las fuerzas nazis contra la Unión Soviética recibió el nombre de División Azul.
Puesto que, como he indicado, el cromatismo azul celeste es el que adquiere el protagonismo del logotipo, conviene apuntar que las connotaciones de esta tonalidad son las que nacen, principalmente, de la contemplación del cielo y del mar, por lo que se asocia con el infinito, la tranquilidad y la paz (el cielo), junto a la transparencia y la limpieza (el agua y el mar).
AURELIANO SÁINZ